Letras
Liberteñas
ROBERTO RAMOS DE
ROSAS
Blasco Bazán
Vera, blascobv@hotmail.com
Esta
vez rescatamos al poeta y pintor Roberto Ramos de Rosas Desposorio, quien nació en Virú, La
Libertad , el 07 de junio de 1935. Hijo de Isidro Ramos de
Rosas Montejo y doña Paula Desposorio Pulido.
Sin duda alguna, esta vez
nos hallamos frente a un creador de poesía sencillamente linda,
extraordinariamente llamativa y verdaderamente bien labrada. Si una poesía es
aquella que al leerla, remece nuestros sentimientos, pues, eso es lo que puede
sucederle a cualesquier buen lector que tenga en manos el libro “Poesía
campesina a Virú”, donde Ramos de Rosas, con la calidad impuesta y desparramada
en cada uno sus poemas, gratamente nos deslumbra en demasía.
“Poesía campesina a Virú”, viene estructurado
en cuatro partes: Poemas, Dos poemas a mi madre, Poemas de amor y Sonetos, que
en conjunto suman ciento catorce poemas donde la mayoría son extensos guardando
cada uno se magnífico mensaje
La sencillez que arreboza
a Roberto Ramos lo lleva decir que él, no es gran poeta ni tiene la suerte de
serlo porque apenas es un hombre emotivo y curioso que se atreve a coger la
pluma, quehacer que corresponde a los seres virtuoso que nacieron con talento,
mas, esa auto apreciación, se desvanece, cae ante el peso de la sencillez, al
mostrar cada uno de su poemas la finura necesaria donde destaca la musicalidad
y el ritmo que se les ha impuesto.
Cada poema de Roberto
Ramos de Rosas, viene vestido y llamando
la atención por la belleza que porta.
Hace mucho tiempo que no hemos tenido entre manos una poesía tierna, bella, franca,
que despierta admiración por la excelente forma con que se le ha creado. El
campo, la naturaleza, las luces del alba, el canto de las aves, el susurro de
los arroyos, el perfume de las flores, costumbres y rústicos quehaceres, son
tomados como insumos para decirle al mundo que está frente a un hombre que sabe
hacer poesía.
Lo que decimos,
sintámoslo en el poema “Mi Infancia”, pág. 46:
“Quien tuviera una infancia como la infancia mía,/
mi infancia fue un risueño y eterno despertar;/ todo me ocasionaba mil imaginaciones,/
creía haber llegado de un astro sideral.// Mi madre cada día en su máquina
cocía/ mi padre en su caballo nos conseguía el pan/ y yo me entretenía viendo
volar las aves/ y escuchando sus trinos aprendí a cantar// Para mí fue mi casa
una jaula de mimbres/ en el corral mi madre sembró un bello jardín/ y bajo de
una higuera colgamos una hamaca/ donde con mis hermanos a diario me mecí// De
tantas emociones se desbordó mi pecho/
una explosión de risa brotó en mi corazón/ y esa llama divina perduró en
mo conciencia/ y a pesar de los años ya nunca se extinguió”.
Roberto Ramos de Rosas
Desposorio despoja a sus versos de adornos literarios y nos los ofrece colmados
de claridad y corrección, llenos de sentimiento creativo y cual heraldos que
han cogido su lira para tranquilizar almas, remendar grietas de un corazón
atormentado, acercan al hombre a que comprenda que el amor es el más bello
manojo de emociones de como puede amar al mundo con la más grata excelsitud.
Roberto Ramos de Rosas.
Además de poeta, es pintor, escultor y músico y que ahora lo rescatamos del
olvido para alegría de todos los amantes del arte literario.
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