Rescatando la Literatura Liberteña
LEONCIO BUENO BARRANTES
Escribe: Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com
Leoncio Bueno Barrantes, nació en la hacienda “La Constancia” de la ciudad de Chocope, Prov. De Ascope, Región La Libertad-Perú, el año de 1921. Hace mucho tiempo que emigró a la capital donde apareció siempre confundido con las luchas sociales.
Su actividad social le permitió crear imágenes suficientes para más tarde lograr editar sus libros. En Lima el año de 1956 aparece junto a otros poetas fundando “El Grupo Intelectual Primero de Mayo” que tenía entre sus integrantes a los poetas liberteños Alejandro Romualdo Valle y Jesús Ängel García; y del cual grupo del cual se desliga el año 1968.
La poesía de Bueno tiene un sello característico: El fragor de la insurgencia. Sus libros, todos de poesía como: “Al pie del yunque” (1966), “Este Gran Capitán” (1968), “Pastor de Truenos” (1968), “Invasión Poderosa” (1970), “Rebuzno propio” (1976), “La guerra de las Runas” (1980) y “Los últimos días de ira”, reclaman sin tapujos la reivindicación social cuya fuerza las reciben del poeta quien imprime su experiencia personal vivida en 1958 cuando invadió las eriazas pampas de Comas-Lima.
Leoncio Bueno, por un lado, con sus versos, fustiga la incomprensible sociedad; y por otro, trata de hacer de la vida un remedo de sarcasmo.
Estos dos aspectos nos hacen comprender que la vena literaria no surgió en Bueno como un exabrupto sino que la sensibilidad innata de su persona le hicieron más bien madurar las cualidades que traía dentro. En una palabra: Sus ideas se nutrieron y crecieron mucho más cuanta más agua de rebeldía recibían. No nació el poeta despechado. Nació el poeta que hizo a muchos sentir que la vida es dulce y que merece ser tratada con ternura. Estos dos aspectos: Lo rebelde y lo pícaro, se dan a lo largo de todos sus poemas. ELo rebelde aparece en su poema “El Wayno de Comas” de su libro “La Guerra de las Runas”, al escribir:
Un día la masa dijo ¿Somos o no somos?
Tomaremos estos cerros
Y he aquí, se alza una obra grande, enganchada
Al remolino
De la era espacial.
Llegamos los hombres de la masa
No teníamos agua para beber pero plantamos
Árboles.
El segundo aspecto nos lo señala en su poema “Asno Rayado” de su libro “Rebuzno Propio”, al escribir:
ASNO RAYADO
Mi abuela,
mujer constante y leedora
se llamaba “Ragnut”
raro nombre. El burro
inconfundible a la distancia
por su clarín personal
fue mi primer amigo
y también mi maestro.
De él aprendí a trabajar como un burro,
A respingar como un burro
Y a enamorarme como un burro.
La poesía de Leoncio Bueno gusta por la comprensión que destilan cada uno de sus versos y, digamos, si volviere como así me temo a publicar otro libro más, éste, guardará siempre el sabor del primero en que volveremos a degustar la vigorosa creación e imperdible tesón que impone a sus luchas reivindicativas a favor de los desposeídos.
LEONCIO BUENO BARRANTES
Escribe: Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com
Leoncio Bueno Barrantes, nació en la hacienda “La Constancia” de la ciudad de Chocope, Prov. De Ascope, Región La Libertad-Perú, el año de 1921. Hace mucho tiempo que emigró a la capital donde apareció siempre confundido con las luchas sociales.
Su actividad social le permitió crear imágenes suficientes para más tarde lograr editar sus libros. En Lima el año de 1956 aparece junto a otros poetas fundando “El Grupo Intelectual Primero de Mayo” que tenía entre sus integrantes a los poetas liberteños Alejandro Romualdo Valle y Jesús Ängel García; y del cual grupo del cual se desliga el año 1968.
La poesía de Bueno tiene un sello característico: El fragor de la insurgencia. Sus libros, todos de poesía como: “Al pie del yunque” (1966), “Este Gran Capitán” (1968), “Pastor de Truenos” (1968), “Invasión Poderosa” (1970), “Rebuzno propio” (1976), “La guerra de las Runas” (1980) y “Los últimos días de ira”, reclaman sin tapujos la reivindicación social cuya fuerza las reciben del poeta quien imprime su experiencia personal vivida en 1958 cuando invadió las eriazas pampas de Comas-Lima.
Leoncio Bueno, por un lado, con sus versos, fustiga la incomprensible sociedad; y por otro, trata de hacer de la vida un remedo de sarcasmo.
Estos dos aspectos nos hacen comprender que la vena literaria no surgió en Bueno como un exabrupto sino que la sensibilidad innata de su persona le hicieron más bien madurar las cualidades que traía dentro. En una palabra: Sus ideas se nutrieron y crecieron mucho más cuanta más agua de rebeldía recibían. No nació el poeta despechado. Nació el poeta que hizo a muchos sentir que la vida es dulce y que merece ser tratada con ternura. Estos dos aspectos: Lo rebelde y lo pícaro, se dan a lo largo de todos sus poemas. ELo rebelde aparece en su poema “El Wayno de Comas” de su libro “La Guerra de las Runas”, al escribir:
Un día la masa dijo ¿Somos o no somos?
Tomaremos estos cerros
Y he aquí, se alza una obra grande, enganchada
Al remolino
De la era espacial.
Llegamos los hombres de la masa
No teníamos agua para beber pero plantamos
Árboles.
El segundo aspecto nos lo señala en su poema “Asno Rayado” de su libro “Rebuzno Propio”, al escribir:
ASNO RAYADO
Mi abuela,
mujer constante y leedora
se llamaba “Ragnut”
raro nombre. El burro
inconfundible a la distancia
por su clarín personal
fue mi primer amigo
y también mi maestro.
De él aprendí a trabajar como un burro,
A respingar como un burro
Y a enamorarme como un burro.
La poesía de Leoncio Bueno gusta por la comprensión que destilan cada uno de sus versos y, digamos, si volviere como así me temo a publicar otro libro más, éste, guardará siempre el sabor del primero en que volveremos a degustar la vigorosa creación e imperdible tesón que impone a sus luchas reivindicativas a favor de los desposeídos.
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