Letras Liberteñas

JAIME HUAMÁN PEREYRA

Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com

El narrador Jaime Huamán Pereyra, nació en Cajamarca, el 13 de setiembre de 1959 del matrimonio de Carlos Germán Huamán Álvarez y de Bertha Pereyra Araujo. Médico Oftalmólogo y radica en Trujillo desde la edad de 10 años. Ha escrito el hermoso libro de cuento “La mascota de mi abuelo”, donde la sensibilidad artística se desparrama a raudales por causa de sus personajes donde el hermoso perro llamado Nigth juega un papel de suma importancia que casi iguala a la ternura y decisión de su amo, el niño Carlos.

Este cuento se desarrolla en Pariamarca, Cajamarca y está escrito en siete estadios bien definidos. Jaime Huamán, mueve sus personajes con sentada habilidad, describiendo lugares, hechos, personas y animales con brillantez de tal manera que sus perros Nigth y Huracán, de raza pastor alemán, son humanizados por las hazañas que realizan sobre todo el primero, perro grande, noble y de llamativa estampa, quien salva a Carlos, su pequeño amo, de muchas fatigosas peripecias que casi le cuestan la vida, surgiendo entre ambos estrecha amistad que hasta las vacas, ovejas y pollos de la campestre casa fueron gobernados por los recios ladridos del hermoso perro Nigth.

Don Lorenzo, padre de Carlos, hombre de noble espíritu, amante no sólo del campo serrano sino también de la ebanistería, confeccionó su propio ataúd y hasta predijo su muerte. Carlos, su hijo, aprendió la ebanistería, cuidaba los animales, cosechaba con afán sus trigales, pero en su cabecita bullía ser algún día un buen profesional.

Muchos episodios verdaderamente llamativos surgen dentro de la redacción de este bien hilvanado libro de cuentos “La mascota de mi abuelo”, pues Jaime Huamán Pereyra con estilo llano y sencillo va desarrollando cada estado haciendo gala de la sencillez narrativa que caracteriza a todo buen cuentista.

Emocionante es leer el estadio titulado El Tragadero en que Nigth, perro fiel y valiente salva a Carlos cuando este casi cae en las escondidas aguas termales de Pariamarca, luego salva a una hermosa vaca lechera que iba hacer al precipicio y valientemente ahuyenta las malas intenciones de los asaltantes, pero, Nigth, no pudo ahuyentar la fuerza de un drástico rayo lanzado en una noche turbulenta que lo fulminó irremediablemente, sumiendo a toda la familia en la tristeza.

Esa tristeza es desterrada por el viaje que hace el niño Carlos de Pariamarca hacia una ciudad norteña con el fin que se había jurado: estudiar y ser un competente profesional. Este viaje y esa aspiración, casi su frustra por la negativa de su papá, pero, Carlos, que no es nada más que el otrora probo hombre de leyes, el cajamarquino Luis José Rodríguez Álvarez, logra llegar a ciudad, estudia con ahínco, deslumbra por su inteligencia se hace profesional desempeñando sus funciones con lúcido altruismo.

Las letras liberteñas siguen ensanchándose con la aparición de nuevos escritores, como es el caso de autor Jaime Huamán Pereyra, quien ha lanzado a luz su libro “La mascota de mi abuelo”, tomo bellamente trabajado, dignamente ilustrado, cuya lectura enfrasca con certeza a quien lo lea con la honda sensibilidad con que ha sido gestado.

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