“EN EL NOMBRE DE LA VIDA

TRUJILLO, Perú. 62 pp.

(“SOMOS MUJERES”, Revista Norteña del Perú. Directora: Kitty Alvarado de Cava. Trujillo – Perú. Año IV Nº26 – 1996, p.29)

En general no pocos creen que en poesía interesa más el continente que el contenido y, por ello, algunos poetas otorgan a su producción un énfasis argumental. No es exactamente en el caso de Blasco Bazán, cuyo oficio escritural ya tiene data. No conocemos su primer poemario “Atado a una estrella” aunque sí sus trabajos de investigación histórico-literaria que lo develan como un genuino trabajador intelectual.

“En el nombre de la vida” 18 composiciones de corto y mediano aliento – traducen su nostalgia evocadora de espacios y recuerdos. A ratos se evidencia también su actitud introspectiva y coloquial enraizada en el entorno familiar que no le impide – sino más bien estimula – a una extraña soledad que lo obliga a hacerlo confidencias a la luna y al perrito “Fido” que describe como un ladrido muerto.

Los versos de Blasco Bazán pueden carecer de exquisitez formal, pero son densos en mensaje y ternura que, a veces, expresan también un episódico presentismo con graficidad del paisaje.

“En el nombre de la vida” cumple este cometido y el propósito confeso de su autor. En la antesala de la serie, revela que “la calidad de los poemas dependió del estado de ánimo” con que fueron producidos.

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