PALABRAS DE BLASCO BAZAN VERA PRESENTANDO EN LA CASA DE LA EMANCIPACIÓN DE TRUJILLO EL LIBRO “HUELLAS EN EL AGUA” DE MAIDU IPARRAGUIRRE

Esta noche hemos venido para recrearnos con la presentación de un nuevo libro de nuestra poetisa trujillana Gloria Marcela Iparraguirre Machado, quien además de poetisa, es compositora, cantante y por supuesto, excelente guitarrista.

Sus poemarios anteriores, cual heraldos literarios, son los que han venido anunciando la aparición del poemario que hoy, por sublime delicadeza de su gestora, lleva el nombre de “HUELLAS EN EL AGUA”.

Bien vale preguntarnos ¿HUELLAS EN EL AGUA?, ¿podemos dejar huellas sobre este líquido elemento?, ¿”Podemos refutar el sentido dialéctico que nos impuso el filósofo griego Heráclito cuando dijo que “el hombre puede bañarse dos veces en la misma acequia pero no dos veces en la misma agua”?

Desde ya, nuestra brillante poetisa, a través del título de este su poemario, nos va encerrando en un casi paradojal problema que invita contemplarlo a fin de ir resolviéndolo con atento discernimiento.

Este poemario “HUELLAS EN EL AGUA”, no es un simple recuento personal de las múltiples experiencias que ha pasado “Maidú”, seudónimo que esconde la personalidad de Gloria Iparraguirre. Este poemario, inteligentemente ha sido construido para hacernos llegar con precisión y exactitud el objetivo trazado por nuestra poetisa cual es: que todo el contenido de este libro, Oriente, divulgue y acreciente a cuantos lean los mensajes que encierra, y así, todos estos mensajes, inmovilizarlos bajo el título de “HUELLAS EN EL AGUA”, que es una serena denominación que encierra la aspiración de nuestra poetisa quien artísticamente ha encontrado en este nombre, la forma de dejar huella a través de su andanza literaria. Este arrojo poético va de la mano con el ímpetu de los trovadores quienes, cual expertos cirujanos, de un solo tajo, pueden muy bien remendar corazones agrietados.

“HUELLAS EN EL AGUA”, ha sido estructurado en tres momentos.

El primer momento lleva por nombre HUELLAS; el segundo momento lleva el nombre de BESOS, y, el tercer momento, MÚSICA… pero, ¿Y EL AGUA, dónde está?, nos preguntamos?, pues el agua, respondemos, somos nosotros mismos, quienes literariamente somos transformados en vertiginoso vehículo que aparece y viene abriendo sus portezuelas para cargar con todas las experiencias que reunieron los pasos que dio Gloria Marcela, y que son convertidos en imborrables huellas nacidas para no perecer.

El primer momento denominado HUELLAS contiene 22 poemas y todos ellos vienen cargados de lirismo y filosofía. Cada uno guarda la exacta rigidez de comprensión. En ellos podemos notar a una MAIDU que se enfrasca en regalarnos diversos momentos de contemplación, de incesante búsqueda, de comprensible familiaridad. Son poemas que desparraman añoranzas hacia los seres queridos, a los sueños truncos, a los amigos, a la imponente madrugada, a la abuela madre, al viejo adorado.

Cada poema guarda la ínclita altura de su creación. Cada poema esta fletado para abrir huella… no importa si se esta se hace en el agua, que ese es el objetivo.

El segundo momento, denominado BESOS, contiene 13 poemas, y en ellos podemos observamos a una poetisa dulcemente tierna que plácida trota desparramando lirismo por doquier. Encasillada en una sin igual ternura que contagia y despierta admiración. Son trece poemas colmados de recuerdos y de osadías, donde audazmente nuestra poetisa le reclama un beso al sol, es decir, reta a la naturaleza terminando por incorporarla en los devaneos de su vida, de sus sueños, y así, Gloria Marcela, logra poseer la grandeza del astro rey, y, con esa incandescencia, obtiene de este la prolongación de su existencia.

El tercer momento, es el denominado MÚSICA, y está formado con 4 poemas cuyas notas vienen colmadas de agradecimiento hacia el pueblo que la vio nacer, Cajabamba y hacia el pueblo que la acogió, Chepén. A los dos les canta con pasión de adolescente, y sabiamente, en al tercer poema, le agrega el nombre de los pueblos Moche, Salaverry y Trujillo, para unirlos a todos con el cuarto poema de nombre Dios Me Sana, que no es nada más ni nada menos, que una canción de fe, fe que necesita el hombre para lograr el milagro de estampar sus huellas no el polvo sino en el agua, haciéndolos imperecederas y fructuosas para obra y gracia de todos los llamados a convertir los deslices de la vida en triunfo personal.

Mi querida MAIDU, distinguida poetisa, que Dios siga alumbrado la calidad de tus sentimientos para orgullo de las letras de nuestra Región La Libertad y del Perú entero. En mi calidad de miembro del grupo literario ARIEL al cual pertenecemos, te expreso una vez más mi más profundo reconocimiento a tu calidad poética y resalto con prestancia tu calidad de mujer. Muchas Gracias.

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