Letras Liberteñas

Emilio Morillo Miranda

Blasco Bazán Vera blascobv@hotmail.com

La serranía de nuestra región liberteña destaca en demasía al entregarnos con sumo alborozo sus poetas y narradores, entre ellos a Emilio Morillo Miranda, quien nació en Huancas, Tayabamba, La Libertad el 30 de mayo de 1945.

La vida de nuestro escritor ha circulado entre el mundo de la Música, de la Pedagogía y el constante cultivo de la poesía. Ha sido Director General de la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, también, Director de la Facultad de Pedagogía y Cultura Física de la Universidad Enrique Guzmán y Valle en las Especialidades de Educación Primaria: Ciencias de la Educación y Tecnología y Práctica Educativa y también, docente en Educación Física y Deporte y en Ciencias Aplicadas a la Educación Física.

Emilio Miranda es un hombre de profunda sensibilidad social motivo por el cual no piensa dos veces el embarcarse en el campo de las luchas justas. También fue asesor de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte del Congreso de la República y ha dirigido con mucho esmero la Revista Iberoamericana de Educación “Reformas Educativas en el Perú del Siglo XX.”.

Su producción literaria la vierte entre la poesía, la narrativa y su experiencia técnica que le ha proporcionado su vida de maestro.

Su primer poemario, “Rocío del alba”, está dedicado a resaltar el amor hacia sus seres queridos. El lenguaje sencillo, claro y directo que usa en cada uno de sus poemas, nos hacen vislumbrar la tierna calidad con que han sido concebidos. Si bien es cierto, la presencia de sus padres, sus amigos cercanos y lejanos, las apacibles vivencias de su pueblo, son cantadas con mucha vehemencia en cada uno de sus poemas, esa misma intensidad y calor vierte cuando, contrito y solemne evoca la telúrica del andino celaje de su serranía, donde, podemos advertir, la emoción social que ha cultivado ha través de su existencia, que le ha permitido mantener un espíritu prudente y combativo capaz de conseguir mejoras para sí y su prójimo. Ese sentir lo expresa claramente en su poema “Solo de quena”, de su poemario “Rocío del alba”, donde dice:

“Soy/ un solo de quena/ / en medio de multitudes/ que se agitan/ en el calor del desierto// El viento de las abras/ el frío de las jalcas/ la flora de la selva/ la fauna salvaje// Soy/ un corazón crispado/ de un solo de quena/ cuando el nene sigue sin mitigar su llanto/ la madre no encuentra al hijo/ el estudiante tiene la mesa vacía/ el obrero es lanzado a la calle/ al campesino se le acaba la semilla/…en la alborada”.

Nuestro escritor también ha escrito el poemario “Fragores”, que contiene treinta y nueve poemas muy bien logrados que son distribuidos magistralmente cada uno con su propio mensaje donde no escapan a la retina del poeta los bailes de su pueblo, el maestro, la soledad crispante que brinda una noche serrana, el canto de las aves, la fortuna, el amor y la protesta.

Sus otro poemario es el titulado “La luz apagada”, y entre sus otros libros destacan: “Un siglo de políticas educativa”, “Vientos de aurora”, “Educación y violencia en los campos”, “Chócale para la salida”, esta última, es una narración que recrea la vida escolar, las peripecias, conflictos, la personalidad de un pueblo y la imponente naturaleza de la vida serrana.

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