LA MAGIA DE MATILDE LÓPEZ BALTODANO
Escribe:Blasco Bazán Vera
Señoras y señores

Esta noche nos hemos reunido con la finalidad de darle al espíritu la más sana recreación a través del arte que ostenta el hombre, en este caso, con el arte que espléndidamente porta una mujer como es la distinguida artista Matilde López Baltodano.
Y digo, espléndidamente, porque es la palabra más adecuada para señalar con altruista precisión a una mujer que ha logrado convertir a la planta del junco en una planta mensajera de belleza y de múltiples parabienes que producen admiración, gracias al ingenio de artista que encierra.
Si nos referimos a otros artistas, notaremos que el poeta, juega con las palabras hasta que encuentra la rima precisa para crear un poema. El novelista, busca el espacio adecuado para su novela, el pintor, coge los pinceles y en un abrir y cerrar de ojos crea su lienzo. Es decir, para el poeta, como el novelista y el pintor, sus producciones emergen con la mayor diafanidad donde no está presente el saetazo del tiempo; en cambio, para quien tiene que delicadamente coger las alargadas plantas del junco con la finalidad de construir su obra de arte, tampoco le importa el tiempo, lo que le importa, es colmarse de paciencia para que artísticamente vaya instituyendo una obra que satisfaga sus aspiraciones, de ella, y de sus futuros admiradores.
Señores, las obras que esta noche contemplamos, son categórico producto del secreto de dos vertientes: Del Arte y de la Paciencia que posee nuestra artista.
Del arte, porque doña Matilde López, con sabia maestría, va cogiendo los frutos naturales que le brinda la naturaleza, les ofrece el aliento, el pensamiento certero y la seguridad de su arte y de su empeño de tal manera que el cuadro meditado alcance el insospechable murmullo de admiración.
Del Arte, porque esta creadora que esta noche nos deleita, cultiva con grandeza el buen cúmulo de talentos que Dios le ha dado. Sus ojos y sus manos se juntan en sabio binomio artístico fielmente dirigidos por el talante inteligente que los induce hacer nacer la obra propuesta.
Del Arte, porque es agradable contemplar los cuadros que nacen producto de una dama autodidacta quien sin asomo de impaciencias, crea sus cuadros y el junco, la maravillosa planta a quien trata con sincera devoción, conserva la vida y el éxtasis de su lozanía, aún más allá de los tiempos.
Con sabia elegancia, sus manos moldean la nueva creatura. A esas sus manos se le une su dúctil sonrisa para conseguir que el hijo en gestación lleve el sello de la ternura propia de las mujeres nacidas para crear y deslumbrar con sus cuadros.
Quien domina el arte de trabajar el junco está destinado a perennizar esta bendita planta. Matilde López y sus cuadros nos hacen comprender que el junco permanece en pie a pesar del embate de los vientos que quieren doblegarlo, permanece incólume, erguido, admirable por obra y gracia de la fortaleza artística que le va encarnando la recia personalidad de nuestra artista.
Ella con su arte, devuelve a Dios los talentos recibidos y el junco logra humanizarse pues sonríe con la misma magnitud de su creadora.
El arte que posee doña Matilde López Baltodano, es digno de asombro y contemplación. Observar cualquiera de sus cuadros es abastecernos de belleza, pero nos preguntamos, entonces ¿Cuál es el otro extraño encantamiento que posee esta artista para plasmar su creación? … el otro extraño encantamiento de esta artista aparte de su Arte es la egregia Paciencia con que está dotada.
Paciencia, porque es la única arma que se vale el hombre para alcanzar la obra perfecta. Es decir, La paciencia es el otro grande secreto del que se vale doña Matilde López para subyugarnos con sus benditas creaciones.
Con sabia paciencia va seleccionando los juncos que ha de trabajar. Para ella no existe el apresuramiento. El tiempo, no cuenta en ella. Lo que cuenta es crear una obra de arte. Lo que cuenta, es transformar cada planta. Es buscarle la manera que se ubiquen precisas al lugar que les corresponde. La planta del junco no sufre pues a pesar de ser cortada, doblada, cercenada, dócilmente se deja trabajar segura de ocupar el sitio señalado, guardar el mismo grosor y conservar el mismo esplendor de cuando fue una sola planta.
Y todo eso, producto de la Paciencia que porta su autora que cual paciente hacedora ha ido colocando, trozo tras trozo de planta, en el lugar perfecto que le ordena su admirable creatividad consiguiendo de eso modo ser una planta imperecedera que tiene la magia de darle a vida a quien se acerque ha contemplarla.
Y, más asombroso aún, es observar cómo cada cuadro va conquistando vida conforme llega a su culminación. El blanco y negro se disipa para, gracias al Arte y la Paciencia, cada resquicio de su todo es pintado con el color correspondiente para alcanzar el feliz final de haberse creado un cuadro majestuoso, bello y agraciado.
Pero, señoras y señores, muchas veces estas brillantes artistas son soslayadas, ignoradas o terriblemente olvidadas. Viven en el anonimato y muchas veces la soberbia de la gente no permite gozar de su genialidad. Pero, esta noche la soberbia y el olvido han recibido un profundo desprecio porque este momento artístico es ahora una verdadera majestad de grandeza, pues, sus autoridades, en este caso, la Honorable Municipalidad de Cascas que preside don Juan Iglesias, no ha querido dar lugar al terrible trance el olvido y a través de esta magnífica exposición reconoce la valía exquisita que porta la virtuosidad artística de la distinguida dama doña Matilde López. Baltodano.
Señores, gocemos con lo que nuestros ojos ven: Que una simple planta de junco que Dios regala, es transformada por el arte y la paciencia de nuestra honorable creadora, en hermosos cuadros que alegran nuestro espíritu quien sin temor alguno se conmueve, elogia y reconoce que estamos frente a una mujer que es una verdadera artista digna de alabar.
Apreciada Artista: Que Dios siempre ilumine los pasos de su vida., a usted, su esposo y toda su familia.
Muchas gracias.

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