EN EL DIA DE TU RESURRECCIÓN

(PARA FRIDA ALVA DE BAZAN, MI ESPOSA-FOTO CUANDO EN 1968 ÉRAMOS ESTUDIANTES)

Quiero estar esta noche

Entregado a mí,

Y concentrado en ti.

No tener cerca la blancura de tu piel

Que me conquista y me enternece.

Quiero alejarla de mi vista,

Y que tus ojos cual tiernas almendras

Que descansan en tu faz

Semejen niños buenos

Regalando amor.

Quiero ser esta noche

Un hombre completamente desconocido.

Un hombre que posado en el umbral de sus recuerdos,

Contempla, extasiado,

A la esposa que ama.

Quiero que no quede un solo espacio

De ti,

Que no sea revisado,

Por mí.

Quiero, amada eterna, describirte

Con la agudeza del arquitecto

Y la mansedumbre del sabio.

Quiero posarte en la cima de mis recuerdos.

Ser pintor iluminado

Para pintarte entera, toda entera

Con el juego

De mis frágiles pinceles.

Quiero invocar la majestad del silencio

Para que suave venga y me acompañe

Por que sé que esta noche de otoño,

Reiré y lloraré como un loco enternecido.

Quiero la fuerza del león

Y la blandura de los pétalos de una flor

Para que unidos en santa oración,

Logren hacer sonreír a Dios.

Tengo tanto por decirte amada mía

Que mis ojos comenzaron a flaquear,

Dejando rodar sus lágrimas, alocadas,

Vertiginosas, sensitivas.

Creyéndote muerta.

Así estoy contemplándote

Y me creo solo, huérfano,

Y grito en silencio

Para no despertar

El reposo

En que te encuentras.

Estiro mi mano y acaricio tu piel,

Tengo que hacerlo suave,

Para impregnarlas

De la dulce sonrisa que lanzas,

Y siento que me sientes

Cuando digo tiernamente

¡Te amo!

¡Que será de mí sin tu presencia!

Mis palabras

No han logrado despertar

El suave sueño en que te hallas

Y sigo diciéndote

Que si después de muerta,

Vuelves,

Habré estado esperándote

Con la misma certeza

De cuando éramos enamorados…

Llegarás hacia mí

Y volveré a contarte mis hazañas

Y recordaremos como siempre

Los momentos dulces

Y no te diré que has muerto

Porque siempre creí

En el día de la resurrección.

Llegarás hacia mí

Para volver a decirte

¡Que te amo y

Te quiero mucho más!

Siento que Dios es bueno y ha escuchado

La invocación que le hice

Para que me ayude

Estar fuerte

En mi santa contemplación.

Descansa esposa mía,

Sigue durmiendo,

Y Tú, Señor,

Que dices: “Todo lo que pidan

En el nombre de mi Padre

Se les concederá”,

Te pido mi Señor

Me des la dicha

De no perderla jamás.

BLASCO BAZÁN VERA

Trujillo, 5 de mayo del 2009

1 comentarios:

Marco Cardona Giraldo dijo...

Llegué a este sitio por la reseña de Óscar Imaña, y me despide un poema de amor, los versos de la bienvenida. Muchas gracias.