Letras Liberteñas

JESÚS CALDERÓN URBINA
Blasco Bazán Vera, blaacobv@hotmail.com

Nuestra región La Libertad tiene el sabio secreto de orlar su pasado con el hilo dorado de sabrosos mitos y leyendas, que son narraciones que enriquecen el pasado de los pueblos. Los hechos, reales o ficticios, recobran presencia por obra y gracia de escritores quienes visitando el arcano, los rescatan en toda su dimensión y gracias a estos escritores, dejan de posar el rincón del olvido.
Entre esos hombres ahora rescato al narrador Jesús Melquiades Calderón Urbina, nacido en Otuzco, el 11 de enero de 1928. Fueron sus padres el señor Juan B. Calderón y doña Sara Urbina Díaz.
Su vida fue verdaderamente admirable. Los fieros embates del destino, se estrellaron ante la férrea decisión de la acerada personalidad de Calderón Urbina quien de muy niño perdió a sus padres pero no perdió el calor familiar que lo impulsó a conquistar lauros sobresalientes.
Fue Sacerdote y docente e incursionó en el campo de la narración publicando el año 1969 su libro “Leyendas del Departamento de La Libertad”, hermosas narraciones que han servido de fuente para acrecentar e investigar mucho más sobre este aspecto por otros autores de nuestra región. Son 16 las leyendas las que contiene su libro y todas llevan macerada literatura que subyugan al leerlas, destacando las tituladas “El jinete fantasma”, “El tesoro de Cupisnique”, “El alma y la cruz de Robles”, “El rocoto de oro”.
Con este libro, “Leyendas del Departamento de La Libertad” muchas narraciones fueron recuperadas gracias a la proverbial sabiduría de Jesús Calderón Urbina quien fue hombre sumamente generoso, valor humano que lo hizo abrazar el sacerdocio, campo religioso donde cumplió un destacado papel como siervo de Dios. Para desconcertar a sus lectores se escondió bajo el seudónimo “Rondel”.
Jesús Calderón Urbina y sus tíos Manuel y Félix, fundaron la prestigiosa Asociación “Los Urbina se reúnen”, con la finalidad de perennizar la ínclita armonía familiar. Es que fue tan fraterna esta unión familiar que no estuvieron decididos a perderla.
Viajero incansable. Argentina fue el pueblo que lo acogió con mas devoción Dominaba el piano a la perfección y tenía sonora y acompasada voz. Una parte de su labor religiosa la realizó en la ciudad de Chepén donde dejó gratos recuerdos por el fomento del arte, la música y el teatro. Se dice que nuestro escritor nació en un día lluvioso, por eso tenía una actitud inconformista. de hombre de acción, y escribir para él dar testimonio de algo, era no solamente con palabras, sino con la vida, que tiene un sentido dramático y antagónico, ya que el riesgo de la vida, hay que saborearlo a través de la experiencia íntima..
Jesús Melquiades Calderón Urbina, fue capellán del colegio Belén de Trujillo y canónigo de la Catedral trujillana. Su generosidad la desparramaba al notar que cuando algo faltaba a su parroquia, vendía, no importa lo más preciado de sus enseres y de esa manera cubría la carencia.
Durante sus viajes por diferentes países de América, logró estudiar idiomas y amar la música de Chopín, de Debussy y Sibelius, que fue su hobby permanente. Ya anciano y con el ánimo de dar descanso al cuerpo fatigado, se refugió en el Asilo de Ancianos de Trujillo, donde murió el 8 de agosto de 1997 a la edad de 69 años.

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