Libro: "LOS ZAPATOS DE CORDOBÁN" DE LUIS VALLE GOICOCHEA
Presentación del libro a cargo de Blasco Bazán Vera
Señoras y señores:
Esta noche, las letras de la Región La Libertad cobran vuelo inconmensurable de felicidad pues hemos sido convocados para escuchar los sentimientos escritos por uno de sus hijos de gran raigambre literaria como es el escritor Luis Valle Goicochea.Muchos de los aquí presente nunca o muy poco habrán escuchado hablar de Luis Valle Goicochea, entonces, esta noche, no hay que desperdiciarla a fin de que logremos instalar a Luis Valle, de una vez por todas, en nuestra memoria y para siempre.
Las letras liberteñas no son nada sin la presencia de Luis Valle Goicochea. Su ausencia motivaría seguir manteniéndonos dentro de un derrotero cojo como actualmente está por causa del gran desconocimiento que sobre la obra literaria de Luis Valle se tiene.Los estudiosos de la literatura peruana solo se han contentado con barnizar sus páginas literarias llenándolas con escasas referencias sobre Valle. Nadie se ha percatado de la gran valía espiritual y literaria que posee. La mayoría de sus críticos sitúan a Valle como el poeta de los niños sin comprender que el estro literario de Valle, va más allá de esa simplísima apreciación. Estos sólo se han contentado en brindar comentarios espurios y subalternos extensos pero no profundos, esplendorosos pero fugaces… la genialidad de Valle Goicochea urgentemente espera ser entendida en toda su dimensión.
Este libro LOS ZAPATOS DE CORDOBAN, título preciso para el ingenio de Valle, aparece después que nuestro escritor publicara sus poemarios “Las canciones de Rinono y Papagil”, “El sábado y la casa”, “La elegía tremenda”, “Parva” que aparecieron antes del título del libro que esta noche nos ha convocado. Es decir, este libro “Los zapatos de cordobán” se convierte en el primer libro escrito en prosa por Luis Valle Goicochea.
En este libro “Los zapatos de Cordobán”, observamos dos secciones bien marcadas y tremendamente diferenciadas que permite reconocer la diligente labor de sus editores señores Luis Valle Cisneros, sobrino del ilustre autor y Chrystian Zegarra, docente en Colgate University (Hamilton, Nueva York).
La primera parte llamada: “Escritos Narrativos”, incluye ocho cuentos donde sobresale el titulado “Los zapatos de cordobán” y la segunda parte es la llamada “Otros escritos en prosa”, que reúne a cuatro escritos colmados de tremulante expectativa.
En la primera parte, aparece Luis Valle Goicochea, el 8 de diciembre de
Al año siguiente, es decir el 24 de febrero de 1929, La Industria le publica su cuento titulado “Presentimiento” donde Valle se desdobla, es decir, hay un Valle que escribe y un Valle que contesta. Son dos personas distintas pero un solo creador verdadero. Este cuento es importante porque, quiérase o no, es el que ocultamente señala el estado emocional de Valle que cual agorero, presiente a través de llamados misteriosos lo que años más tarde le sucedería en la realidad.
El 30 de octubre del mismo año, el diario La Industria le publica el cuento titulado “José Melitón” que narra la historia de un hombre víctima de la miseria y del hambre, que derrochó sin cuenta ni medida las riquezas materiales que acumuló.
En año 1930, el 19 de enero, La Industria le publica el cuento titulado “Venganza” que narra los líos entre la bruja Victoria, la comadre Juana y doña Asunción, residente en el pueblo de La soledad de Pataz quien se venga de doña Victoria sin saber que no fue ella la que mató a su ganado y su pastora sino la furia de un rayo; luego el año 1938, cuando Valle contaba con 30 años de edad, aparece el cuento “Los zapatos de Cordobán” dedicado al literato limeño Luis Alberto Sánchez, donde Valle, inexperto ajustador, se da cuenta de esta deficiencia por lo que le advierte a Luis Alberto anotando en la primera página de uno de los ejemplares: “Súplica: el autor ruega disculpar las deficiencias de la encuadernación de este libreto, por haberla consumado él, de manos inexpertas en este arte”. Este es cuento, que da título al libro que ahora presentamos y es el más largo de todos los cuentos que Valle ha publicado.
En este cuento, Luis Valle Goicochea, como buen cuentista, no se rellena de sucesos por lo que su lectura se hace irresistible y amena. El título es llamativo porque aparentemente la palabra Cordobán incita a la desconcertación, pero no es así, pues el diccionario nos aclara diciéndonos que cordobán es la piel de macho cabrío o de cabra curtida.
“Los zapatos de Cordobán” de Valle Goicochea, es un buen cuento porque es fino y personal, exento de manchas de conciencia. El tema de este cuento, es la férrea decisión de un niño (que es el mismo Valle) de querer hacer zapatos de cordobán, decisión que nació el día que el niño Luis Valle vio que su madre ordenaba a su empleado le trajera el cordobán y la suela. Este los trajo y los dejó caer a los pies de su patrona quien tenía cerca un viejo zapatero, fornido y barbirrubio, obrero sin material el mismo que sacando del bolsillo una filuda chaveta la paseó sobre el retazo de cordobán y de la suela cortándolas a la vez que recibía la orden de la madre del niño Luis le confeccione dos pares de zapatitos para sus menores hijas.
Los episodios que se desarrollan en este hermosos cuento son de violenta y atrayente lectura porque logran atrapar nuestra atención que sentimos ser influida por una gran cantidad de nociones, sentimientos y hasta ideas que flotan virtualmente en nuestra memoria o en nuestra sensibilidad. Los personajes son movidos con impresionable maestría. Luis Valle Goicochea escribe con suma claridad. Sus pensamientos son expresados con tono llano y de confianza en relación a las personas a quienes se dirige; podríamos decir, es un estilo amical donde sus personajes logran dar y tener vida en toda lo que narra. Da la impresión que el presente cuento es una narración circular pues la técnica del cual se vale termina en el mismo lugar, con los mismos personajes y con la misma determinación, es decir, la determinación de un niño quien de todas maneras desea ser un buen zapatero.
La segunda parte de este libro se refiere a los momentos más personales e íntimos de la vida particular de nuestro escritor. Ellos demuestran la cotidiana existencia que llevó cuando se acercaba, sin él saberlo, el cumplimiento de su voto terrenal. Esta segunda parte es tan lacerante y tan hermosa porque es educativa y admirable. Es la parte más humana de Luis Valle Goicochea. Es la que nos enseña a soportar la vida con entereza y saber ocultar nuestras deficiencias con dignidad. Notamos a un Luis Valle acosado por los vaivenes de la vida, los acosos del mundo y la carga de su personalidad herencial. Todo este vendaval lo soportó con suma dignidad y si ahora nos los muestra es porque así se le sugirieron escribirla a fin de recuperar su quebrantada salud. Valle, en ninguno de sus poemas, que son todos bellos y llamativos, en ninguna de sus narraciones, que son lo mismo, las tiño con sus tribulaciones personales, consciente de que el escritor, el poeta, el hombre que hace cultura, debe ser un diáfano soldado cuyas armas siempre disparen perdigones de bien. ¡Eh allí el valor de este gran poeta que no se dejó domesticar por los azotes de la vida!
Leer esta segunda parte es sumergirse en sus dolores para salir cargado de valores. Sus problemas nos los presenta cual quejidos del alma. Cuánto ha sufrido este hombre que nos ha dejado escritos donde cada uno de ellos ha sido cuidado con devoción de sabio a fin de que caminen alumbrando y dando vida por donde vayan. Por eso, la segunda parte de este libro es sumamente humana porque es la parte más digna, no literaria, digna digo, porque en ella se dan todas las virtudes que aceran al hombre y borran la sombra, porque pregonan que donde la dignidad falta no existe el sentimiento de honor. Luis Valle Goicochea, como buen escritor no quiso ser esclavo de dolencias personales, supo ocultarlas con la solvencia del ilustrado y por eso todo lo que escribió lo hizo con la vehemencia del hombre libre.
Lean, esta segunda parte y admírense como yo preguntándose ¿Cómo ha podido escribir con tanta lucidez un hombre que sufrió tanto?... y nos responderemos: porque Valle era todo un poeta que comprendió que la mediocridad intelectual hace al hombre indeciso y obtuso.
Pero, había manifestado que los críticos de Valle lo sitúan como el poeta de los niños y definen que Valle es importante porque su poesía es una poesía infantil. Craso error. Quienes lean la poesía de Valle comprenderán en dimensión tal como se comprende el mensaje de Cristo cuando dice “Dejad que los niños vengan a mí” y sería insensato definir por estas palabras de que Cristo hablaba infantilmente sin comprender que esas deliciosas palabras salían colmadas de ingenua gracia y de candorosa sencillez. Este bello episodio bíblico fue inmortalizado por el genial Rafael de Sancio Urbino y no por eso llegaríamos a definir al gran Rafael como el pintor de los niños, por lo tanto, Valle Goicochea escribió como dulce amigo de los niños, y no sólo de los niños de edad, sino también de aquellos que, aun cargados de años, conservan la infancia espiritual porque tienen a Cristo en su corazón. Ese es Valle el poeta, el el corazón que se prodiga hacia otros con la única finalidad de amar y hacen sentir que el amor lo puede todo. Por eso es grande, porque su poesía sublimiza los corazones atormentados porque amó y escribió con inocencia y desmedida genialidad.
Luis Valle Goicochea, nació en el distrito
En 1932, Valle, publica su primer libro “Las Canciones de Rinono y Papagil” con una portada hecha por Camilo Blas con prólogo de Enrique Barrenechea. Este poemario es un canto a la sencillez, un saludo a la gracia, un volver del cosmos a la tierra y contemplar la belleza que sus criaturas encierran. Es un libro exento de hipocresías. Nada de falsas imágenes ni cantos enrevesados. Es un poemario pletórico de espontaneidad y juventud.
En 1943, Valle Goicochea, compartió, en el convento San Francisco del Cuzco, amistad y estudios con el famoso José Mojica, mejicano quien abandonó la vida mundana para seguir a Cristo. A Valle como a Mojica se les dispensó del estudio de
Apreciemos la sencillez de Valle en el poema “Romance de Papagil” de su libro “Las Canciones de Rinono y Papagil” cuando escribe:
Rinono canta de nuevo
para que te siga la rarra,
vuelan flores y gallitos/
de papel por la mañana.
Papagil está esperando
en la puerta de la casa
y en la espera se le vuelve
flor, espuma, nube, el alma.
Papagil arrugadito
en la puerta de la casa,
y son sus ochenta años
ochenta hormiguitas blancas.
El aire se vuelve azahar
boda azul de las naranjas
la luna será esta noche
una mariposa blanca.
La mariposa una estrella
y la estrella una manzana,
y la manzana Rinono
en la mano de la rarra.
Por saberlo Papagil
está donde la alborada
sentadito en una esfera
a la puerta de su casa.
Y cuando el cura y demás
vecinos dicen ¿Qué pasa?
Papagil pone a sus labios
un candadito de plata”.
En su libro a “El Sábado y
Usó el seudónimo Carlos Bernabé. El alcohol hizo presa de su persona y sus amigos fueron muchas veces a buscarlo en lugares menos inesperados, episodios que los podemos leer con atenta fruición en las páginas de este libro que lo hacen más grande y más consideraddo hasta llegar a aquella mañana del 13 de agosto de 1953, donde torpemente lo arrolló un carro y ni en el hospital donde se le llevó, ni en la morgue donde hubo que rescatarlo, sospecharon que ese frágil hombre accidentado y ya muerto, era del genial poeta patacino Luis Valle Goicochea, el mismo que había escrito tantas páginas preñadas de inmensa ternura.
Letras Liberteñas
ROGER VALDIVIEZO PAREDES
Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com
El escritor Roger Valdiviezo Paredes nació en Cartavio, Prov. de Ascope, el 11 de febrero de 1951. Hijo de Encarnación Valdiviezo y Francisca Paredes. Su amor a las letras lo ha llevado a publicar su novela “Los días de los cuarteles quemados”.
La importancia que ofrece esta novela, es que es muy atractiva, porque la mayoría de los personajes están tan bien movidos, que atrapan poderosamente al lector por causa de la bien hilvanada trama a que han sido sometidos. Sus acciones son narradas con elevada precisión que permiten gozar de sus hazañas, sumergirse en ellas, conviertiendo al héroe de la novela en una criatura sobrenatural que verdaderamente subyuga.
Todos los protagonistas que intervienen en esta novela, hablan, sienten y reaccionan, dentro de un escenario conocido por el autor como son Cartavio, Santiago de Cao, Casa Grande y el río Chicama que los riega, quienes surgen latentes y señeros haciendo mucho más llamativa la importancia novelística que encierra.
Nuestro escritor presenta los acontecimientos en el tiempo en que ocurrieron. Con amplia libertad usa frases aparentemente fuertes que luego se suavizan por la ubicación y la adecuación exacta con que las estaciona al describir los hechos
“Los días de los cuarteles quemados”, está escrita en nueve capítulos, ofreciendo la suficiente dosis de desarrollo literario, graneado y ameno. Cada uno tiene el valor de exhibir acciones que alcanzan dimensiones de asombro por la atracción que portan. Nuestro escritor, con elevada habilidad literaria, lleva a Julio Pascual Blas Baca, uno de los personajes de esta novela, lo ubica en la bocana del río Chicama donde lo esperaba don Cristóbal Valdez Pérez, personaje principal de la misma, quien, por encargo familiar, le narra las saltantes historias contenidas en esta novela.
Cada capítulo es importante porque no inutiliza la atención de lector. El título de la obra se refiere a los cuarteles quemados que no es sino el desnudar las cañas de sus hojas cortantes y efervescentes para luego llevarlas al trapiche para ser estrujadas y sacarles el dulce que contienen. Esta novela narra la jerarquía en que estaban distribuidos los trabajadores de la poderosa hacienda Cartavio, de la figura del líder sindical Manuel Arévalo, de don Nicolás Pérez y sus brillantes responsos en latín con que enterraba a un muerto, de las hermanas embarazadas por un prestigioso militar, de las pistolas escondidas que inducen a desmantelar un escabroso misterio, el sueño de Constantino Valdés por llegar a ser un competente sastre, de las aventuras de Paloma Baca, de la revolución aprista de 1932. Es decir, se describen tantos sucesos que bien vale clasificarla dentro de las novelas históricas porque los principales personajes o los hechos que sirven de asunto, son tomados de la historia, con alteraciones más o menos insignificantes, creados por la imaginación de nuestro novelista Roger Valdiviezo.
Las múltiples aventuras que contiene esta novela, permite no perder de vista la acción de sus personajes. Nuestro escritor, cual hábil alfarero, a cada una le adosa el exacto papel que debe desempeñar donde no falta la presencia del ser inanimado como la piedra cósmica hallada en la hacienda Casa Grande a quien se le atribuye poderes sobrenaturales. Roger Valdiviezo Paredes, médico cirujano de profesión, con su novela, ensancha con altruismo el número de escritores de nuestra Región La Libertad.
Letras Liberteñas
CESAR SIFUENTES ROBLES
Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com
Esta vez rescatamos al escritor César Sifuentes Robles, nacido en Moche, Trujillo, el 31 de agosto de 1952. Hijo de Bernabé Sifuentes Paz y Agustina Robles Jara, quien ha publicado el libro: “El Encuentro de la sacerdotisa de Moro con el gran señor Moche”, libro que relata la visita de la misteriosa y mágica sacerdotisa reina de las Huacas de Moro y de Chepén, trayendo cosechas y regalos al imponente rey de los Moche y señor de las huacas del Sol, la Luna y la Estrella. Esta visita o encuentro como lo llama Sifuentes, describe paisajes y lugares que hasta la fecha existen en la campiña del pueblo de Moche.
El libro está estructurado en siete capítulos debidamente focalizados que llevan al lector a comprender con exactitud el desarrollo e importancia de cada uno de ellos. Desde el primer capítulo “La travesía”, luego “El encuentro”, “Río Moche, mudo testigo”, “Ofrenda de los dioses”, “Amor, desgracia”, “Lucha a muerte”” y finalmente “Siete años después”, enfrascan a quien los lea en una sabrosa lectura que muy bien propende a acentuar la identidad regional.
“El Encuentro de la sacerdotisa de Moro con el gran señor Moche”, es una leyenda Mochica que se desarrolla en el antiguo valle de Conache, que abarcaba a Moche, Laredo, Trujillo, Huamán y Salaverryy que relata admirablemente los valores practicados por los mochicas dirigidos por el gran señor Chiputur, de la belleza de las princesas mochicas Iñikuk y Chumir que se prendan del corajudo Chiqen, príncipe de Moro, hijo de la sacerdotisa, quien se inclina por la princesa Chumir entregada de antemano para ser esposa del joven Mochape, heredero del imperio Moche. Este episodio amoroso dio lugar al cruento enfrentamiento entre ambos príncipes dando lugar a la muerte del príncipe Chiken a la sentida soledad de su amada Chumir y a la desgarradora aceptación de su adivina madre, la sacerdotisa de Moro.
El relato que nos ofrece César Sifuentes Robles, es sumamente diáfano. Con estilo sencillo nos cautiva con su relato histórico sumamente imaginativo, mezclado de historias fantásticas que desembocan en una hermosa leyenda a quien la titula “El Encuentro de la sacerdotisa de Moro con el gran señor Moche”, relato que asume el papel de tradición popular, porque se transforma en leyenda, que nos transmite tradicionalmente sucesos acaecidos en los pueblos de Moche y Chepén.
Los siete capítulos son narrados con suma exquisitez, ninguno pierde interés, están literariamente confeccionados para aprisionarnos, pues los lugares, circunstancias y personajes que intervienen, son movidos con gracia histórica. César Sifuentes Robles, permite que los diálogos que aparecen en su narración sean leídos con amenidad. Es decir, su libro está destinado a fortalecer la conciencia local pues ha rescatado un hecho desconocido para recrearlo con sólida unción literaria.
Además, Sifuentes Robles, en este libro “El Encuentro de la sacerdotisa de Moro con el gran señor Moche”, tiene la acertada cualidad de ofrecernos un sesudo vocabulario que no permite que nos perdamos en la tantas palabras mochicas que aparecen a través del relato, las mismas que son esclarecidas en su real significado. Hace tiempo que no habíamos leído un libro tan encantador cuya lectura se hace obligatorio en todos los estudiantes de nuestra región La Libertad.
Letras Liberteñas
VÍCTOR SAGÁSTEGUI ALVA
Blasco Bazán Vera, Blascobv@hotmail.com
Nació en Cascas, Prov. de Gran Chimú, La Libertad, en
Para Víctor Sagástegui Alva, el año 1993, es de triste recuerdo, pues, a los dieciocho meses del autogolpe del presidente Alberto Fujimori, fue acusado de ser un alto mando del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), y de haber participado en un comando que secuestró y ejecutó a un acaudalado empresario de ascendencia japonesa, amigo del presidente Fujimori. Víctor Sagástegui Alva fue recluido en el penal de Máxima seguridad de "Miguel Castro Castro". Luego de más de dos años de prisión fue absuelto. De un breve intervalo libre, nuevamente fue requisitoriado por otro tribunal por actos de terrorismo del cual fue también absuelto.
Entonces, nuestro escritor, se refugió en Francia y ahí escribe su segunda novela, autobiográfica, titulada “Cuando Cayó la Noche”, vinculada al período de gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), quien usó como doctrina la lucha contra la subversión, el narcotráfico y la corrupción.
En 2000 el Perú entró en una profunda crisis política y social que ocasionó la salida clandestina de Fujimori del país para refugiarse en el país de sus ancestros, Japón. El estado peruano solicitó a las autoridades niponas entregue al ex presidente Alberto Fujimori para que responda a las imputaciones por el delito de lesiones graves. El Japón no se manifestó. El Perú recurrió a la instancia internacional. En noviembre de 2005, Alberto Fujimori llegó sorpresivamente a Santiago de Chile en un jet privado con el propósito de iniciar desde allí su pretendida campaña para las próximas elecciones presidenciales de 2006 en el Perú.
Las autoridades judiciales chilenas ordenaron su arresto con fines de extradición. En la novela “Cuando Cayó la Noche”, el personaje principal es Adrián, que no es sino el mismo Víctor Sagástegui Alva, quien narra las dificultades que sufrió como acusado y condenado a cadena perpetua por actos de terrorismo durante tiempo de dictadura.
El autor sin perder el hilo de esta extraordinaria historia nos arrastra hasta el estremecimiento, mezclando el deseo de vivir, el ansia de libertad y el asedio del amor para sobrevivir en aquel mundo de encierro y exterminio, logrando sumergirnos en la realidad social del Perú de las dos últimas décadas, marcada por la violencia política.
Víctor Sagástegui Alva, apela con pertinencia datos fidedignos, sucesos verificables, y a personas e instituciones existentes, lo que ha hecho que la novela “Cuando cayó la noche” se convierta en un hito literario actual para la comprensión de la verdad sobre lo que pasó en el Perú de fines de siglo veinte. Radica actualmente en Francia.