Letras de La Libertad

ISAAC GOLDEMBERG BAY

Escribe:Blasco Bazán Vera, www.blascobazan.blogspot.com

Nació en la ciudad de Chepén, Provincia. de Chepén, La Libertad. Perú, el año 1945. Hijo de Isaac Goldemberg Rosseman y de Berthila Bay Alvarado. Destacóse por su clara visión de las cosas. Desde niño fue meticulosamente cuidado por el calor materno, principalmente. Sin dudas, su abuelo y su madre, jugarían un papel de vital importancia en su formación intelectual. Si a los judíos se les conoce por lo prolijo de sus gastos, don Enrique Bay Zumárraga, su abuelo, en línea materna, era el ejemplo. Isaac, no compartía la vida judía en toda su dimensión al no darse las condiciones para vivirla, ya, en Lima, la encuentra y comienza a participarla intensamente. Quedaron atrás las costumbres provincianas y nació la vida señalada en su destino: Judío eres, judío serás. Ingresa a estudiar en el colegio León Pinelo y luego en el Militar “Leoncio Prado” para, a los 17 años enrumbar a Israel, donde permaneció hasta 1964. Viaja a Nueva York y es allí donde escribe una de sus obras que despertó la crítica del mundo literario: “La Vida a Plazos de Jacobo Lerner”.

Esta novela, distinguida por la crítica norteamericana y elogiada por el New York Time Book Review, fue escrita a los 33 años de Isaac. Su autor, trata sobre las peripecias de don Jacobo Lerner, un inmigrante Judío-Ruso que llega a Chepén, distrito de la Prov. de Chepén, Dpto. de La Libertad, Perú. Allí instala un negocio, luego tiene un hijo en una cristiana, éste, llamado Efraín, a mi parecer, es el mismo autor de la “Vida...”

La acción de la novela se remonta a los años 30 por el gobierno de Augusto B. Leguía, tiempo en que se iniciaba la organización hebrea en el Perú. Espacios en que el Perú y los peruanos, pueden espectar con más precisión lo que es la vida judía. Hombres y mujeres, llegados para organizarse con la misión de no olvidar sus credos y sus ritos. Sus costumbres y añoranzas. Aquí en Chepén, como en otras partes del Perú, llegaron los judíos, entre ellos el padre de Goldemberg, don Isaac, brillante mercachifle, vendedor de telas, conocido por el apelativo del “Gringo Negro” no como un algo despectivo, sino, por el arrastrado pronunciar de las palabras. Junto a él llegaron Enrique Mitrani, Andrés Triay y porque no decir don Enrique Bay, abuelo de Isaac, quien lo criaría hasta los 11 años de edad.

Hablar de la Vida a Plazos de Jacobo Lerner, no sé si buscar como Lerner a don Enrique, su abuelo; o, a Isaac, su padre. Ambos fueron comerciantes conspicuos. El abuelo, dedicado a la venta de todo. Siempre vestido de leva con su infaltable sombrero, tenía una maletita atiborrada de agujas, peines, broches, alfileres, naftalinas,dedales y plumas para lapicero de palo; por su lado don Isaac, con sus bultos de vistosas telas sobre el hombro, recorría los pueblos aledaños de la Prov. de Pacasmayo. Ambos se desplazaban muy de mañana y se recogían muy avanzada la tarde. Hacían la venta al contado, algunas veces; las más, la hicieron al crédito, es decir, a plazos, y de esa manera prolongaron su existencia, aseguraron su porvenir, hallaron tranquilidad a su hambre sin importarles las largas caminatas a pie, a mula, y muchas veces por el vagón que unían algunos pueblos que tenían que visitar.

La Vida a Plazos...” es una novela escrita con mucha pasión y sentimiento, sobre todo cuando trata de cierto momento de la vida judía en el Perú; como también se vuelve irónica cuando recuerda las experiencias católicas vividas encerrando la intensa vena lírica de Efraín –personaje central de la novela- en fascinantes monólogos que el autor no quisiera hacer aparecer como si fuese el mismo Isaac, pero, por más que trate, termina siendo vencido por sus vivencias.

En la actualidad reside en los Estados Unidos. Es profesor Principal del Departamento de Lenguas Romanas de la Universidad de Connecticut. Sus obras han sido publicadas en inglés y en español, y, con este su libro “La Vida...” se ubicó entre los primeros narradores del Perú. Sus otras obras, “Hombre de paso”, “Tiempo al tiempo”, “Tierra de nadie”, “Los cuerpos y las cuentas”, “La vida son los ríos”, “El Gran libro de América Judía” donde recopila los cientos de escritos judíos nacidos en América y de otros que llegaron a ésta desde los confines más alejados del mundo, y por último “El Libro de las transformaciones” construyen la bandera intelectual de nuestro poeta, escritor y humanista Isaac Goldemberg Bay.

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