LITERATURA LIBERTEÑA

CARLOS MANUEL GUEVARA BOCANEGRA

Escribe: Blasco Bazán Vera

Carlos Guevara Bocanegra, nació en Huamachuco el 3 de noviembre de 1913. Tiene en su haber más de una docena de libros editados. Ha cultivado la poesía, el cuento, la leyenda. Muchos de sus poemas nos hacen recordar a los publicados por su primo Clodomiro Magno Guevara Vargas "Clomaggue" y otros a los del santiaguino Santiago Pereda Hidalgo.

Guevara, como profesor de escuela que fue, incursionó también en la poesía infantil a través de su poemario “Literatura Infantil: Versos sencillos para niños” (1944). De este su libro son muy encantadores dos pequeños poemas titulados “La Monedita” y “Canción de Paz de los Niños” que son suficientes para captar la honda sensibilidad que caracterizó a este escritor, al que como otros, jamás ha sido tratado por los entendidos de la Literatura. Ni Luis Alberto Sánchez, ni Augusto Tamayo Vargas para mencionar a dos estudiosos de las letras peruanas, jamás dijeron algo sobre este autor que ha escrito tanto y cuyos libros están cuajados de inspirada unción poética.

La naturalidad expresada en aquellos dos poemas nos descubre un poeta simple y ameno que en brillantes versos nos toca el alma y nos remonta a nuestra infancia. Nos conduce a conquistar el amor que es la llave secreta que vence las injusticias del mundo.

En otros poemas contenidos en su libro La Luna en los Caminos”, sobresale gigantescamente el titulado “La Leyenda de la Palmera” que es una sola sinfonía de su pensamiento que culmina en una explosión que nos rinde ante tan bella inspiración.

Carlos Manuel Guevara Bocanegra ha escrito además los poemarios: La Sombra Encendida”, “Mi Barca y las Noches del Lago”, “Vuelve el Alba del Sueño”, “Danza de Narbión en los Cielos”, “La Invitación del Agua”, “Las Imágenes Pasan”, “La Momia de los Ojos de Oro”, “Los Anhelos Inefables” y además tiene “El Encadenado de la Montaña (cuentos) y “El Lobo Sangriento” (narraciones).

En el libro La Momia de los Ojos de Oro” que lleva un subtítulo de “Odas”, Guevara nos da a comprender, o, que fue un gran viajero o simplemente los libros que leyó le inspiraron sentidos poemas dedicados a diversos pueblos del Perú. Le canta al Cuzco, al Púlpito de San Blas, a los Caballitos de Totora de Trujillo, a Arequipa y su volcán Misti, a Ayacucho y sus Pariguanas, a los hornos siderúrgicos de Chimbote, Cangayo, Ica, Moquegua, Amazonas, Apurímac, Huánuco y Cajamarca, no escaparon a su lírico afán.

Actualmente Carlos Guevara Bocanegra sigue cultivando las letras y dándole al pincel que viene asombrando la retina de nuestros ojos con hermosos cuadros sobre su Huamachuco que ama desmedidamente con pasión de niño.

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