NEPTALÍ RAMÍREZ AMAYA
Escribe:Blasco Bazán Vera.
Nació en Paiján, Provincia de Ascope, Región La Libertad, el 23 de octubre de 1920. Fueron sus padres don Marcelino Ramírez Guzmán y Jesús Amaya Flores. Sus estudios primarios los inició y los culminó en el glorioso Centro Viejo “Pedro M. Ureña” de Trujilo.
La secundaria la realizó en el Colegio Seminario “San Carlos y San Marcelo” y los universitarios los cursó entre Trujillo y Lima. En Trujillo estudió en la facultad de letras donde sus poemas eran leídos por sus amigos en sendas reuniones sociales y amicales.
En Lima prosiguió sus estudios de Educación en la especialidad de castellano y Literatura en la Universidad Nacional de San Marcos. Ya recibido como maestro ejerció en el Colegio Salesiano de Lima. Luego es nombrado a ejercer la docencia en la ciudad de Arequipa donde enseñó en el Colegio Centenario “San Luís Gonzaga” de Chuquibamba, capital de Condesuyos donde recreó en diversas actividades literarias a la multitud a través de sus poemas.
Luego a su solicitud se trasladó a Huanuco donde su calidad humana le hizo fundar el Colegio “Huamalíes”. Ese periplo magisterial le hizo recorrer los ríos Marañón y Huallaga y de hecho contactarse con la sabia naturaleza.
Trasladado a Chimbote fue nombrado en la Gran Unidad “San Pedro” de esa ciudad donde, por su capacidad se le pidió ser organizador y luego Director de la prestigiosa Normal “Indoamérica” de Chimbote.
Gran amigo del Dr. Sixto Alarcón Sánchez quien trajo de Chimbote a Trujillo a Neptalí a trabajar en colegio “San Juan” donde se jubiló después de 31 años de servicios.
Ha escrito seis poemarios: “Al borde del crepúsculo”, “Inflorescencia de mi espíritu, “Claridades y sombras”, “Dolor y Optimismo”, “Luz en la penumbra del amanecer”, y “Anhelos y dolor en la lucha”
“Al Borde del Crepúsculo” es un poemario donde Amaya con suave ternura y mucha sutileza, con maestría diremos, nos va atrapando con sus cantos producto de una extrema sensibilidad y belleza tan necesarias en la poesía. Son 60 poemas y cada uno de ellos demuestra la reciedumbre con que han sido elaborados.
“Inflorescencia de mi espíritu” no es sino el fiel reflejo de su existencia, de su transitar por las ciudades, de captar en cada una ellas la sonrisa de un niño o el llanto del desposeído. De protestar contra el castigo abusivo o de sublimarse ante una contrita oración a Dios.
“Claridades y sombras”, es el nombre ambivalente que le ha puesto a este su poemario que no es sino un canto a las certezas y no tantas que damos en el trajinar de la vida. Muchas veces decimos, una son de cal otras de arena; la diferencia estiva en que cada poema que trae este libro es un canto a las muchas alegrías que conquistamos en la vida o las muchas tristezas que a veces nos flagela.
“Dolor y Optimismo”, comentamos que el dolor, dentro de la poesía, no constituye un decadentismo artístico ni menos literario. El poeta asume este nombre para decirnos que éste es el trampolín al éxito, al optimismo. Una vez más nuestro poeta Neptalí Ramírez Amaya hace una jugada de pared entre ambos términos y en refinada expresión artística no arma una polémica sino una sutil diagramación de sus sentimientos.
“Luz en la Penumbra del amanecer”, Neptalí Ramírez Amaya, fiel a su forma de ser y hacer poesía, nos sorprende ahora con un nuevo poemario donde a la realidad natural que rodea su inspiración, le agrega la realidad cósmica, convirtiendo su creación en un bello arte colmado de equilibrio y sensatez pues no está ausente el contenido moralizante ni tampoco la conseja.
“Anhelos y dolor en la lucha”, es un homenaje a las luchas que el hombre emprende con el fin de edificar una sociedad justa y verdadera; donde el hambre y la explotación sean cosas del pasado, aplastados por la indómita fuerza de la moral y la imparcialidad. Con gran certeza fustiga al político acomodaticio, implacable señala que la patria tiene como destino el triunfar y a la bandera peruana la barniza con el sabor de una hostia santa.
¡Cuanta fuerza contiene este poemario! ¡Es un tomo de pureza que azota fieramente las flaquezas humanas!
Neptalí Ramírez Amaya, con sus largos años, sigue dándole a la poesía, allá, en su balneario de Buenos Aires, Trujillo, donde actualmente reside.



ALICIA PONCE DE LEON CABANILLAS
Escribe:Blasco Bazán Vera,
Alicia Ponce de León nació en Trujillo el 3 de abril de 1925 en el hogar formado por don Aplonio Ponce De León De Orbegoso y doña María Cabanillas de Medina de Ponce De León.
El trujillano colegio Santa Rosa la vio crecer y disfrutar de la clara manifestación literaria de su alumna. Lectora incansable que para comprender mejor los contenidos se alistó en la travesía de dominar idiomas y así es como el Francés y el Inglés cayeron rendidos ante la clara inteligencia de nuestra poetisa y por supuesto ante la admiración de sus 7 hermanos.
La personalidad latente de sus padres jugaron un papel importante hacia el amor a las letras y el periodismo que profesa Alicia; así mismo, la presencia de Dios, cinceló su espíritu permitiéndole escribir con lozanía y acertada claridad.
Sus artículos periodísticos son un latigazo a la soberbia y al egoísmo. Alicia, sabe reconocer valores dándole al César lo que es del César. Esa sensibilidad le ha permitido ganar amigos a granel y ser reconocida como una periodista y poetisa de aguda percepción.
La prestigiosa Institución PACPAM (Promotores del Arte y la Cultura del Perú Ante el Mundo) que dirige Julia Victoria Rosell no quiso pasar por alto el impacto de los versos de Alicia Ponce De León editando este manojo de versos en el libro titulado “PROSAS Y VERSOS”.
Este valioso libro tiene la virtud que quien lo lea siente la clarinada del bien que lo predispone alcanzar mejores escalones. Está dividido en prosa y en verso pero todo él es un solo canto a al integridad.
Con la lectura de “Prosas y Versos” sabemos que existe Dios. Que debemos darle gracias. Recordar su vida pasión y muerte y por supuesto la presencia de María, su santísima madre. Grato es conmoverse del cómo Alicia le canta a la patria, a la amistad a la creación.
Sus poemas tienen, una veces, la solemnidad de la sacra oración. Otras, el sentimiento individual con que expresa sus pensamientos cargados de cierta íntima musicalidad propios de la lírica. No escapan para Alicia sus sólidos himnos con que canta a la patria, su colegio e instituciones, ni tampoco las variadas costumbres de su pueblo trujillano a quien canta en sentidas coplas con pasión de adolescente.
Con arte y belleza su pueblo los resalta con sus versos estampándole la prosapia trujillana. El orgullo que siente por su patria chica le hace escribir su bello poema “Trujillana” que dice:
“La mujer trujillana es mensajera/ de sin igual y esplendida hermosura;/ con tal encanto, gracia y donosura,/ que da envidia a la propia primavera// Peruanísima…criolla…y hechicera…/ el admirar su garbo y galanura,/ su fino porte y su gentil figura…/ ¡Es vivir una eterna primavera!// Ungida, año tras año soberana,/ del “Festival de Flores” de los Leones,/ recibe a su paso –cual sultana-// El homenaje a sus excelsos dones,/ el piropo de la dama trujillana/ y aplausos de su tierra de blasones//.
Basta este terceto para atrincherar nuestro espíritu en la más genuina admiración. Alicia Ponce de León, con suma delicadeza, nos brinda una estrofa poética cargada de versatilidad, cualidad que le permite agenciarse de muchos amigos quienes admiran su calidad literaria y periodística.
Alicia Ponce de León Cabanillas, sigue escribiendo a través del diario “La Industria” de Trujillo todo lo que sus ojos ven, ganándose el respeto de las muchas instituciones a las que pertenece, pues su férrea personalidad e indiscutible sentido literario enaltecen sin duda alguna el parnaso de las Letras Liberteñas.



OCTAVIO POLO BRICEÑO
Escribe: Blasco Bazán Vera
Octavio Polo Briceño, nació en Cajabamba el 9 de julio de 1928. Hijo de Santiago Polo Rodríguez y Rosario Briceño Osorio, autodidacta. Llegó a Pacasmayo a residir desde 1959 a la fecha. Pertenece a la Iglesia Evangélica Bautista donde fue su Pastor. Escribió desde muy niño su cuento “La Pluma” que le devino muchas satisfacciones. Incansable lector e investigador. Sencillo y ameno. Su Biblioteca Particular ha sido visitada por casi todo Pacasmayo, pues, caso curioso, digamos mejor, anecdótico, hasta 1985, en toda la provincia de Pacasmayo no ha habido una Biblioteca más rica en bibliografía que la de el Pastor Polo Briceño. Casado con la distinguida norteamericana dama y escritora Grace Wood Vannetta y padre de Juan, Esteban y Felipe que destacan en diversos campos del saber.
Ha publicado en 1975 “Estampas Pacasmayinas” donde con pluma fácil y atinada describe los personajes más representativos del folclor del distrito de Pacasmayo. Luego en 1978 edita su libro “Pacasmayo Histórico” donde nos brinda con lujo de detalles, datos inquietantes del antiguo Pacasmayo resaltando sus figuras más encarnadas y dándonos nuevos y señeros datos históricos a granel.
Octavio Polo Briceño, de estatura más baja que alta. De hablar sosegado. Amigo hasta lo máximo. Inteligente. Presto a solucionar las inquietudes estudiantiles de todos los que visitaban su biblioteca familiar, jamás le importo alguna retribución. Sirvió a todos con la misma humildad de los nacidos para ser grandes.
Siempre ruiseño y no siempre dicharachero. Infinidad de estudiosos lo visitaron constantemente y para todos hubo satisfacción a sus expectaciones. Don Octavio fue un manojo de bondad y se dio tiempo para todo. Los domingos cerraba la biblioteca del saber y se abría La Casa de Dios que el pastoreaba. Lo curioso era observar que sus fieles después de culminada la conversación con Dios, se quedaban a disfrutar de los múltiples e interesantes juegos que contenía su recordada biblioteca.
Allí, pacientemente fue dando forma a sus libros que luego salidos a luz disfrutábamos en demasía. Por las tardes y hasta altas horas de la noche la biblioteca semejábase un colmenar. Octavio Polo, se abastecía para todos y discreto apuntaba para comprar, de su bolsillo, el libro que faltaba.
Sin duda alguna, este distinguido escritor, había nacido para servir, y lo hizo con creces pues todo Pacasmayo y alrededores lo recuerdan con cierta reverencia y sí con demasiada gratitud.
En honor a su destacada labor literaria y desinteresado apoyo a la educación que nuestro escritor brindó a la juventud estudiosa pacasmayina, el año 1996 la Honorable Municipalidad Distrital de Pacasmayo, edificó un moderno local destinado a funcionar como biblioteca y en brillante acuerdo, designó que la flamante Biblioteca Pacasmayina lleve por nombre “Octavio Polo Briceño”.
Nuestro literato ha publicado: “Pacasmayo” en VI Tomos, “Estampas Pacasmayinas” y “Pacasmayo Histórico”. Octavio Polo falleció el año 2005. www.blascobazan.blogspot.com




Letras Liberteñas
TRINIDAD MANUEL PÉREZ, EL INICIADOR DEL TEATRO PROLETARIO EN EL PERÚ
Escribe:Blasco Bazán Vera

Trinidad Manuel Pérez, según información que proporciona nuestro tradicionista Ricardo Palma Soriano, nació en Trujillo el 30 de mayo de 1832 y murió asesinado en la hacienda San Antonio de Chota el 9 de septiembre de 1879. Estamos a punto de descubrir que entre Trinidad Manuel y su hermano Isidro Mariano, se encontraría el Primer Literato de nuestra Región La Libertad; de ser así, ya sabríamos quien acompañaría a nuestra ya descubierta Primera Poetisa liberteña, Julia Pacheco Rebaza.
Nuestro historiador Jorge Basadre, al referirse sobre el derrotero literario de Trinidad Manuel Pérez nos comenta que “La producción más celebrada de Trinidad Manuel fue el drama en tres actos “La industria y el poder”, representado por primera vez el 6 de diciembre de 1862 en Lima y en el Callao el 18 del mismo mes.
“Posteriormente volvió a escena en varias ocasiones. Al ser dado a la imprenta tuvo una dedicatoria a la Sociedad de Artesanos de Lima y Callao. Su resonancia se proyectó hasta muchos años más tarde, pues apareció una tercera edición en 1875. A diferencia del historiador literario que puede darse el lujo de desdeñar este tipo de literatura y de concentrarse en las obras o autores selectos o en las grandes corrientes, la curiosidad del historiador social se siente estimulada ante el interés que por ella pudo haber en el público.
“La industria y el poder”, según apreciación de Basadre, carece de valor estético y teatral. Su trama peca por inverosímil y forzada. Tiene el sabor de un pobre folletín. Varios de los personajes principales se exhiben ocultando una identidad que solo en el curso del drama se descubre: Alberto, el ministro, resulta ser hijo de un obrero y la joven Edelmira es medio hermana de Elena, la esposa de Alberto, a la vez que hija del perverso Fernando y de una mujer convertida por este en prostituta. El artesano Pablo ama a Edelmira y es correspondido por ella y vence, al fin, las intrigas de Pío, hijo de Fernando, una de las cuales consiste en acusarlo de conspirador, para hacerlo apresar y luego dar oportunidad para su destierro.”
Quiérase o no, la cosecha cultural para nuestra Región La Libertad, es pródiga. Poco a poco vamos conociendo la gran cantidad de escritores liberteños olvidados, unos; soslayados, otros; y vamos descubriendo que La Libertad, no sólo tiene en Fernando Casós Flores (Trujillo, 1828) como el “iniciador de la Novela Histórica en el Perú”, sino también a este ilustre trujillano Trinidad Manuel Pérez, considerado por nada menos don Jorge Basadre como “el iniciador del teatro proletario en el Perú”.
Con la agudeza propia de su estilo, Basadre dice sobre Trinidad Manuel Pérez que “todo el drama está dominado por la exaltación de la clase obrera. Figuras ejemplares de ella son no solo el artesano Pablo sino Lorenzo, su padre y hasta Andrés, antiguo aprendiz convertido en portero. Del pueblo afirma Lorenzo que “sufre y calla mientras los que mandan son injustos”. En otra escena el mismo personaje hace el elogio de los talleres “donde el pueblo se entrega al trabajo cuyo fruto en el mundo es vestir la desnudez, aguzar el arado que surca los campos y fabricar los palacios donde mora la sociedad que nos desprecia”. Al entregar Alberto a Edelmira por esposa de Pablo le dice: “Recuerda siempre que el trabajo es la única amistad posible entre el hombre y Dios”. La industria y el poder inicia acaso el teatro proletario en el Perú.”
La industria que en la obra de Pérez vale tanto como el poder político o social, corresponde al antiguo sistema de los gremios con sus maestros, oficiales y aprendices.
Mientras tanto, impongámonos la sublime misión de concretar y dar a conocer, si entre Manuel Trinidad o su hermano Isidro Mariano, descubrimos el Primer Literarto de la Región La Libertad.





GERMAN PATRON CANDELA
Escribe:Blasco Bazán Vera

Germán Patrón Candela, nació en la ciudad de Puno, Perú, el año de 1917 y al igual que otros estudiantes y estudiosos, dejó su Puno y su lago para radicar en tierras trujillanas. Llegó a aportar con el adelanto cultural de esta bella ciudad. Como alumno, fue brillante; como profesor y luego como abogado y más tarde como investigador literario, descolló nítidamente.
En 1945 fue Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Trujillo. Se graduó de Abogado en 1947 realizando sus estudios de Post Grado en las Facultades de Derecho de la Universidad de Buenos Aires-Argentina en 1960 y en la Universidad de San Marcos en 1965; obteniendo el título de Doctor en Derecho el año 1968 con la tesis “Modelo de Código Tributario para América Latina”.
Gran admirador de Vallejo, instituyó las llamadas “Tertulias con Vallejo” donde cada uno de los integrantes o invitados especiales vertían apreciaciones diversas sobre la vida del poeta Santiaguino. Estos pareceres nacidos a través de las “Tertulias” devinieron en la fundación de la Institución llamada “Instituto de Estudios Vallejianos” auspiciada por la Universidad de Trujillo.
Germán Patrón Candela fue elegido como Primer Presidente del Instituto quien a la vez prolonga su activismo cultural al fundar el año 1993 la Revista “NORTE” fecha en fue elegido Director de aquella Revista el prestigioso periodista Carlos Manuel Porras Vargas apareciendo como Editor Germán Patrón y como Diagramador el acreditado Profesor Yeconías Culquichicón Gómez. A la muerte de Carlos Manuel Porras Vargas el “Amauta del Periodismo” en el año 1995, aparece desde esa fecha como Director Germán Patrón Candela difundiendo la vida de Vallejo acorde con temas de profunda actualidad de diversos aspectos que hace de la revista “Norte” la pionera en estética, contenido y calidad de sus artículos.
Patrón Candela, como escritor difundió, por encargo expreso que le hiciera la Universidad de Trujillo el año 1974, el libro “El Proceso Vallejo” que sale a luz el año de 1992. En este libro podemos notar la rigurosidad científica a la que se ciñe Patrón Candela, para darnos a luz momentos saltantes y hasta poco conocidos de la vida de Vallejo. Este libro es verdaderamente apreciado por la consistencia de datos que aporta en sus más de quinientas páginas sólidamente escritas. Patrón Candela se alza a la misma altura de los múltiples escritores que escriben sobre Vallejo complementando muchos episodios que se desconocían sobre el vate santiaguino.
Si buscaríamos un apasionado sobre César Vallejo Vallejo la respuesta la damos en la personalidad de Germán Patrón porque no sólo admiró la valía de nuestro poeta liberteño sino fue más allá al perennizarlo con la fundación del “Instituto de Estudios Vallejianos” el 01 de mayo de 1982 para que éste se avoque a estudiar todo lo referente e Vallejo y para eso protegió a esta flamante institución con local adecuado que funciona en la misma y amplia oficina que sirvió a Patrón Candela para ejercer con acierto la defensa del derecho.
El 11 de octubre de 1994 el Dr. Jorge Ruiz Dávila, Rector de la Universidad de Trujillo le hizo conocer a Patrón Candela la Resolución Rectoral N° 1728-94 que le otorga la Distinción de Primer Grado del Libertador Simón Bolívar en mérito a ser profesor cesante de la Universidad, como reconocimiento a su destacada trayectoria profesional y por la importante labor asumida como investigador, asesor y consejero académico de la Facultad de Derecho de la UNT.
Germán Patrón Candela quien fuera Fundador del Consultorio Jurídico Gratuito de la Facultad de Derecho de la Universidad de Trujillo, Vice Decano del Colegio de Abogados de La Libertad, falleció en Trujillo el 24 de diciembre del 2001.



JULIA R. PACHECO REBAZA, La Primera Poetisa de La Región La Libertad

Escribe: Blasco Bazán Vera

Descubrir los valores literarios de nuestra Región La Libertad, es el premio al esfuerzo que concluye con una honda satisfacción. Ahora que he descubierto a la Primera Poetisa Liberteña, la doy ha conocer complementando lo divulgado en mi último libro titulado: “Génesis de la Literatura Liberteña”.
Julia Pacheco Rebaza, nació en Trujillo el año de 1866. Fueron sus padres el Juez don Santiago Pacheco natural de Huamachuco y la trujillana Rosario Rebaza Demóstenes de Pacheco. Según la partida Nº 507 registrada en la iglesia “El Sagrario” (San Francisco) de Trujillo, Julia, el 13 de diciembre de 1888, contrajo matrimonio a los 22 años de edad en la catedral de Trujillo, con Isaac Rebaza Bringas, natural de Huamachuco, de 32 años de edad y de profesión mecánico. El matrimonio estuvo a cargo del cura interino Mariano Velásquez.
Los padres de Julia Pacheco Rebaza, fueron de cómoda posición económica. Su madre, doña Rosario, fue hija del escritor Nicolás Rebaza Cueto, y su padre, el Dr. Santiago Pacheco fue dueño de la hacienda Siquián, Juez de primera instancia desde el año 1865 nombrado por el general Antonio Pezet. Siete años los pasó impartiendo justicia en Huamachuco y los restantes, hasta su muerte acaecida el 16 de noviembre de 1892, en Trujillo. Fueron sus hermanas: Clara Elvira, Ana María, Maria Luisa, María Celia y Rosario Magdalena”.
Julia R. Pacheco Rebaza, comenzó a publicar sus primeras poesías en el quincenario literario “La Primavera” fundado en Trujillo el 01 de Enero de 1887 por Raúl Edmundo Haya de Cárdenas y Celso Santelices Márquez.
El 15 de febrero de 1888, “La Primavera” dice lo siguiente: “La Sra. Julia R. P. de Acosta, consagrada al estudio desde sus tiernos años, se ha hecho notar por sus rápidos progresos, conquistando el más efusivo aplauso, de cuantos se han honrado de ser sus maestros. No ha podido resistir al provechoso impulso que va tomando la Literatura en nuestro país y poniendo en juego sus relevantes dotes, perfeccionadas con las saludables ideas, adquiridas en el seno de su familia, cuya ilustración y talento son de todos conocidos, cediendo a nuestras incansables exigencias, nos ha favorecido con su frecuente colaboración, hace dos años, brillando en todas sus producciones los destellos de su exquisita ternura. Tiene pues la Señora de Acosta, muchos motivos de consideración de parte de “La Primavera”. Que los puros goces del matrimonio, que hacen tres meses forman su más preciada dicha, no debiliten su entusiasta vocación a las letras, son los vehementes deseos que abrigamos”.
A la edad de 21 años, por motivo de salud y acompañada de su padre, partió hacia Huamachuco; hecho que le causó un profundo dolor como ella misma escribe: “Yo, extenuada por el insomnio, que por la enfermedad que me aqueja, y más aún por la inmensa amargura que atormentaba mi espíritu, inclinaba con desaliento mi fatigada cabeza, en los almohadones esperando el instante fatal en que abandonando el lecho, debía de dar a mi madre y a mis hermanas el último abrazo!.
Sus pesares encontraron refugio en las manos de Dios. Lloró y lamentó sus penas con la misma entereza que enfrentó la vida. Su viaje que duró 6 días hacia Huamachuco le hizo pensar en las complacencias que jamás habría de gozar y en sus ilusiones perdidas, según ella, para siempre.
Aquel viaje obligado, le hicieron percatarse lo bello que era la luz de la luna, las luciérnagas, las flores, los cerros misteriosos, los parientes y los amigos. Las nuevas miradas, las manifestaciones de aprecio, el generoso abrazo, el nuevo cuidado otorgado por su tía Carolina Vásquez de Rebaza, segunda esposa del historiador Nicolás Rebaza Cueto quien la atendió como si fuera su hija. Todo ello se le gravó en la mente como incentivo para sobreponerse a su tristeza y matar sus penas escribiendo poesías dignas de asombro.
Julia Pacheco, fue una persona que supo cultivar el valor de la gratitud. Después de largos meses de estadía obligada en Huamachuco, regresó a Trujillo repuesta su salud y, para confortar más ésta, se trasladó a radicar al balneario de Huanchaco desde donde siguió escribiendo poesía.
Julia R. Pacheco Rebaza de Acosta, comenzó a colaborar con sus poemas en la edición Nº 11 de “La Primavera” del 15 de febrero de 1888 escribiendo los titulados “A Mi Madre”, “Soñando”, “ A Ti” y “Mi Violeta”. En esa misma fecha hizo su aparición la otra poetisa trujillana María Tránsito Muga y Reyna; y es importante este momento, porque el comentarista Beli Bet, personaje responsable de la columna “Sucesos y Comentarios”, dice: “ ¿Habéis sentido amables lectores las dulces emociones que se experimentan cuando, después de una larga ausencia, se vuelve al seno de la familia y de los amigos
En este ejemplar Nº 11, se dio a conocer, por primera vez, que tras el nombre de “La Primavera”, hay un grupo de jóvenes brillantes y entusiastas llenos de amor a lo bello que se engrandece mucho más con “dos adalides que por su sexo y tierno corazón reúnen en sí solas más poder que el que todos juntos podemos presentar en el campo de las letras. Se refería a Julia R. Pacheco Rebaza y María Tránsito Muga Reyna; y el comentarista se regocija al escribir: ¡“La Primavera” tendrá verdadera poesía!
A Julia R. Pacheco Rebaza de Acosta, la designamos como las Primera Poetisa en la historia de la Literatura de la Región La libertad. Su inspiración, han permanecido escondidas 116 años.
Los pueblos que ella visitó durante los penosos meses en que fue a curarse, nos hacen comprender que mitigó sus aspiraciones, dolencias y frustraciones teniendo a la poesía como el refugió seguro de sanación. Cuánto afecto desparramó esta mujer que supo enfrentar su destino inexorable. Desde los pueblos Cerpaquino, El Edén, El Ingenio de Chichir, de Huamachuco, lugares tan distantes de Trujillo, Julia, remitió incansablemente su producción literaria que nos fascina por la profunda sensibilidad de su contenido.
Cerpaquino, en aquellos tiempos, fue hacienda perteneciente a los hijos de don Juan Rondo, en la que se sembraba eucalipto, trigo, papa y maíz; al Ingenio de Chichir, que quedaba en el distrito de Sarín, se le usaba para moler metales y, El Edén, es un lugar rodeado de aguas ferruginosas medicinales ubicado en el distrito de Curgos, a 17 Km. De Huamachuco.
Sus poemas son netos sentimientos que traducen los tensos momentos vividos por Julia. Cada uno de ellos nos introduce en un mundo de pureza y de inocencia. La belleza en su redacción está presente y muy intensa porque cada verso es arrancado de lo más hondo de su vivencia personal. Esta característica los eleva a ser poemas inmortales porque nos embadurnan de nostalgia santa. Cuanta devoción. Cuanta ingenuidad, desparramó esta mujer que ahora la rescatamos para señalarla como la Primera Poetisa de nuestra Región La Libertad.
El desgarrado dolor, el amor a sus seres queridos: Padres, hermanos. A sus demás familiares. Al presunto hombre que juró amarla y la olvidó. El afecto a los pueblos que la cobijaron, están como episodios pétreos que no han desparecido para ser fieles testigos de lo que ella conquistó y comprendió. Supo amar y protestar contra el mal que le aquejaba y hasta simuló morir.

Alguien le llamó la atención diciéndole que sus versos carecían de dulzura por la melancolía que mostraban; sin embargo, nuestra vate, replicó pulcramente esta observación, esgrimiendo sentimientos convincentes del por qué empleaba esa forma de escribir.
Julia, dejó de publicar poemas desde agosto de 1888 para reaparecer en febrero de 1889, pero esta vez, firmando con su apellido de casada, es decir: Julia R. Pacheco Rebaza de Acosta. En uno de tiende a explicar, presumiblemente, el enojo de sus padres, por el hecho de haber contraído matrimonio con el hombre no deseado y eso lo podemos observar en su poema titulado “La Huérfana”. Sin embargo, amorosa y cándida como era, buscó una definición del Amor, lanzando un reflexivo Soneto que nos sublima en extremo por la preciosidad y candor con que ha sido concebido.
Su último poema, titulado “La Pastora”, nos hace estar frente a una mujer temerosa del porvenir pero recia en sus pasiones. La veta poética aflora macizamente al sentir que sus penas se dilatan por la presencia del ser que añora a quien le invita a vivir sin deslumbramientos pero sí de señera modestia, ofreciéndole morar en una mansión honrada donde no falte la presencia de Dios. Esta es la vida de la Primera Poetisa que tiene nuestra Región La Libertad.



EL PRESENTE ES UN ARTÍCULO DE INVESTIGACÍON PUBLICADO EN EL DIARIO "LA REPÚBLICA" DE LIMA CON MOTIVO DE LA CONFERENCIA QUE DI EN FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA EN HOMENAJE A VALLEJO LLEVADO A CABO EL DÍA MIÉRCOLES 16 DE ABRIL EN EL PARANINFO DE LA UNIVERSIDAD "CESAR VALLEJO"DE TRUJILLO.


Vallejo era inocente
La carta que pudo salvar al poeta. Misiva inédita fue presentada en festival de poesía en Trujillo. Revela que revuelta por la que fue acusado injustamente el poeta fue en realidad de la soldadesca y no por motivos políticos.
Escribe:Pedro Escribano, "La República", desde Trujillo. 18.4.08
Es una carta inédita que bien pudo servir para absolverlo de los cargos de incendiario con los que se abrió proceso judicial a César Vallejo en Santiago de Chuco, en agosto de 1920. Como se recuerda, el 1 de agosto de ese año una turba quemó la casa comercial de Santa María y a consecuencia de la asonada murió de un balazo en el cráneo, disparado por un soldado, Antonio Ciudad. El autor de Los heraldos negros fue involucrado y acusado en el proceso judicial, por el que se convirtió en un perseguido de la justicia peruana y no tuvo otra opción, seguro de su inocencia, que migrar a París, Francia, en 1923.
La referida carta fue presentada y comentada por el crítico e investigador literario Blasco Bazán Vera en el marco del I Festival Internacional de Poesía César Vallejo. El tenor de la correspondencia da cuenta de que los soldados habían recibido órdenes para disparar. Asimismo, refiere que estos soldados fueron fusilados para que luego –orden que no se cumplió– fueran quemados. En sus camisas, según el remitente, se hallaron papeles con nombres de los que ellos debían liquidar.
La misiva, además de revelar pormenores de los luctuosos hechos del 1 de agosto del 1920, está fechada el 4 de julio (*) de ese año en Santiago de Chuco, firmada por un tal Joaquín y está dirigida al señor Rubén Haro, primo del remitente. Sin duda, se trata de un documento capital que servirá para esclarecer, 88 años después, cómo ocurrieron los hechos y cuánta injusticia se cometió con César Vallejo. El poeta fue llevado preso a Trujillo –estuvo encarcelado ciento doce días– y de esa experiencia después escribiría en un poema que allí había pasado "el momento más grave" de su vida. Además de narrar los hechos, la correspondencia cita nombres de personas sin señalar los apellidos, o alude sin referir los nombres, pero Bazán Vera se ha dado el trabajo de investigar y concluir fehacientemente de quiénes se trata. Más adelante daremos cuenta de la investigación realizada por el citado crítico literario.
LAS REVELACIONES

Reivindicado. Ochenta y ocho años después, una carta (abajo copia del facsímil) comprueba la inocencia de Vallejo. (Foto: Archivo)
Para entender y situarnos mejor ante este documento, transcribiremos la carta de manera literal.
Santiago de Chuco, julio(*) 4 de 1920
Señor Rubén Haro Chanchacap
Estimado primo.
Grata satisfacción siento al dirigirte la presente para hacerte presente mis afectuosos saludos lo mismo que a toda la familia, yo, lo mismo que Francisco y demás quedamos regular, solo un poco conmovidos por lo que te voy a manifestar.
El domingo como a las tres de la tarde y con un plan premeditado, se levantó la fuerza contra el subprefecto Meza queriendo victimarlo, pero, felizmente, dada la pronta intervención de sus amigos, pudo salvarse, muriendo don Antonio Ciudad horrorosamente por un soldado que le destapó el cráneo.
El subprefecto ordenó el fusilamiento de los soldados asesinos y culpables, orden que cumplieron estrictamente dando muerte a tres soldados. Los amigos del que fue señor Ciudad, indignados por su muerte, no se contentaron con la muerte de los soldados sino que siguieron a los que los habían comprado −como así declaró un soldado en momentos de morir− rompieron el telégrafo y teléfono y daba miedo al ver por la calle a una multitud de gente armada pidiendo la cabeza de Bringas y de varios.
Por la noche incendiaron la casa comercial de Santa María quemándose todo lo que existía en ella así como también el techo de la tienda de Pablo Sánchez, pero nada de mercadería, te aseguro que esta será la página más negra que registrará la historia de este maldito pueblo. La muerte estaba para Meza y si moría él, hubiesen habido lo menos doce o quince muertos porque así han encontrado documentos en los bolsillos de los soldados muertos. Hasta hoy se ha dado sepultura a los restos del señor Ciudad. El subprefecto ordenó quemar los cadáveres de los soldados, pero ya no lo hicieron y los sepultaron uno encima de otro.
Se dice que vendrá gente del hospital y varias partes a atacar e incendiar la casa de Moreno y quizá así lo hagan. La provincia está muy movida y triste, por lo mismo están excitados. Si atacan a Moreno habrá tantos muertos.
Dispensa que a esto nomás me limite ya te daré nuevas noticias próximamente según lo que en adelante ocurra.
Con saludos para todos se despide tu primo.
Joaquín (firma).
NOMBRES Y DETALLES
Según investigación de Bazán Vera, el remitente, el tal "Joaquín" no es otra persona que Joaquín Carranza Zavaleta, quien remite la carta a su primo Rubén Haro, quien residía en el caserío de Chanchacap, ubicado en la provincia de Otuzco. El nombre completo del destinatario es Rubén Haro Zavaleta.
El investigador también esclarece el nombre de "Francisco", citado en la carta. Se trata de Francisco Haro Zavaleta, hermano de padre y madre de Rubén Haro Zavaleta. Era un distinguido profesor graduado en el Centro Pedagógico de Lima. Era el único profesor titulado que trabajaba en Santiago de Chuco y pensionaba en la casa de su primo Joaquín Carranza Zavaleta.
"Francisco Haro –afirma Bazán Vera– aparte de la acentuada ascendencia que gozaba entre los alumnos, pobladores y autoridades de Santiago de Chuco, se vio pronto directamente envuelto en las muertes de Antonio Ciudad, de los soldados y en el incendio de la casa de Carlos Santa María Aranda, quien era un personaje de primacía económica y política de ese entonces".
Bazán Vera, que no ha dejado cabos sueltos, señala que el Auto que abre la Instrucción en que el doctor José Martínez Céspedes ordena ejecutar la correspondiente instrucción penal contra todos los responsables de los hechos del 1º de agosto de 1920, como se recoge en el libro Proceso a Vallejo, escrito por Germán Patrón Candela, fundador del Instituto de Estudios Vallejianos, que el 5 de agosto se presentó Francisco Haro Zavaleta a dar su instructiva y en la que declaró lo siguiente:
"…al sublevarse la tropa contra el subprefecto, y que efectivamente vio pasar a este (el subprefecto) junto con el doctor César Vallejo y otras personas que se dirigían al cuartel: que el doctor César Vallejo dijo: 'Cálmense que ya les van a pagar', mientras otros gendarmes armados hablaban con el subprefecto; que el alférez Dubois, ordenó cuatro pasos a retaguardia y 'fuego', y que la descarga le voló el sombrero al señor Ciudad cayendo herido en la acera".
No queremos terminar sin decir cómo así Blasco Bazán Vera obtuvo este valioso hallazgo. Según el investigador, esta carta le fue entregada a su persona por el profesor Manuel Álvarez Haro, nieto de don Rubén Haro Zavaleta. Cuenta que se la entregó no sin confesarle que su hermana Alicia Álvarez Haro tenía por costumbre quemar toda clase de papeles viejos de su casa y que "menos mal no quemó esta carta". Un verdadero milagro.
Así, el tenor de la carta no solo complementa algunos hechos de Santiago de Chuco de 1920, de los cuales se tiene conocimiento, sino también hecha nuevas luces para creer en la total inocencia de nuestro poeta.
(*) Blasco Bazán Vera afirma que se trata de un error involuntario del remitente.
REACCIONES
Jorge Díaz Herrera Escritor

"La carta revela que la sublevación fue de la soldadesca por falta de pago. César Vallejo era inocente".
Arturo CorcueraPoeta
"La carta es totalmente esclarecedora. Sin duda queda probada la inocencia de nuestro Vallejo".
Justo Jorge PadrónPoeta español
"Antes de esta carta, yo sabía que Vallejo era inocente. Un hombre como Vallejo no puede ser inmoral".
Luis La Hoz Poeta
"La carta no me interesa mucho porque, ya sabemos... es un ejemplo de lo que siempre fue nuestro Poder Judicial".
Reynaldo LacámaraPresidente de la Sociedad de Escritores de Chile
"Aporta pruebas definitorias sobre el juicio antojadizo a Vallejo, a quien le buscaron las cinco patas al gato".
EL MOMENTO MÁS GRAVE DE LA VIDA
Un hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida estuvo en la batalla del Marne, cuando fui herido en el pecho.
Otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida ocurrió en un maremoto de Yokohama, del cual salvé milagrosamente, refugiado bajo el alero de una tienda de lacas.
Y otro hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida acontece cuando duermo de día.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida ha estado en mi mayor soledad.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida fue mi prisión en una cárcel del Perú.
Y otro dijo:
-El momento más grave de mi vida es el haber sorprendido de perfil a mi padre.
Y el último hombre dijo:
-El momento más grave de mi vida no ha llegado todavía.


Letras Liberteñas

ELIO OTINIANO MAURICCI

Escribe:Blasco Bazán Vera, www.blascobazan.blogspot.com

Rescatar del olvido el sinnúmero de escritores que ostenta la Región La Libertad, es tarea ardua, un tanto fatigosa pero que no deja de ser tierna por el objetivo que persigue.

Venimos rescatando muchísimos autores liberteños entre los que hay algunos a quienes jamás los hemos leído. Entonces, pues, la tarea de lanzarlos a luz lleva una significancia relevante cual es arrancarlos de donde están postrados y ponerlos en la vidriera de nuestra humanidad.

Otros de nuestros olvidados escritores es Elio Otiniano Mauricci, nacido en Trujillo, la Libertad, Perú, el año1930. La calidad literaria de Otiniano lo ha hecho incursionar en el mundo de la poesía, la novela, el cuento y la pintura, sobresaliendo con ventaja en cada uno de esos campos.

Elio Otiniano que además es un distinguido magistrado y acucioso periodista, el año 1958 la Universidad Nacional de Trujillo le editó su primer libro titulado “Plenitud del Ser” que contiene nada menos que tres poemarios: “Tristezas Ígneas”, “Anillos de Eternidad” y “Plenitud del Ser”, cuya característica es meditar el desarrollo del hombre y su enmarañado mundo interno y misterioso y compararlo con la evolución del universo físico del firmamento.

Tiempo después sacó a luz su sentido y tierno poemario “Densidad Terrestre” donde nos permite aquilatar la valía poética de Elio al entregarnos en este libro el poema Equilibrio de lo Cierto que aparece en la Pág. 46, que nos permite observar la filosofía de la que hace gala nuestro vate cuando escribe:

EQUILIBRIO DE LO CIERTO

En un vértice de azul la corola la renace/Metálica de labio y de interior./Lo poblado en el reloj se hace nube/Y raíz toma el equilibrio de lo verde.//Ahora lo cierto es un eco rubio de tarde/ Que sólo se torna centro cuando llora.//Para no ser margen/Lo humano se llena de impávida bocina/Música de una sola nota inconfundible.//Y es una boca que solamente tiene sol/Por donde desagua la grandeza./Si todo fuera de color de tiempo/ Nadie se abriría los ojos en un libro.

Otiniano Mauricci a partir de 1962 pasó a radicar en Chiclayo donde siguió produciendo libros los mismos que fueron presentados sin falta alguna en el pueblo que lo vio nacer. Entre estos destacan “Raíces Fulgurantes” de tierna y sentida poesía. En 1968 saca a luz su libro “La Ventana del Alba” que es uno de los más logrados por la estructura que le da y que contiene 7 cuentos y una novela corta titulada “El Iluso”. Sobresale nítidamente su cuento titulado “Retrospección” donde Evaristo Buendía, personaje principal de esta narración aparece como un sólido ser pensante, decidido a enfrentar la realidad con las armas de la prudencia. Otiniano hace gala de su filosofía y traslada a Evaristo a buscar su propio destino. En ese buscar recibe el aletazo de una gaviota desconocida que le susurra al oído la respuesta a sus devaneos haciéndole conocer que Evaristo tiene la dicha que brinda una sonrisa, un espejo donde mirarse, el árbol que le da sombra, la fuente que apaga su sed y el fuego que aviva su pasión.

Demostrando que estamos frente a un prolífico escritor, Elio Otiniano publicó su libro “De pies sobre la tierra” que es una prosa de denuncia social. Sin tregua alguna nos obsequia su poemario “Árbol de resonancias” y nuevamente nos deslumbra con su otro poemario titulado “Hermosa Dimensión”. Elio Otiniano Mauricci sigue produciendo en Chiclayo sin olvidar su Trujillo a quien visita constantemente.


Letras Liberteñas

VICTOR JULIO ORTECHO VILLENA

Escribe: Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com

Víctor Julio Ortecho Villena, nace el año 1935 en Salpo, Otuzco, La Libertad Perú. Hijo de Manuel Ortecho y Elvira Villena. Brillante abogado a quien sin quererlo y sin sentirlo, fue arrebatado por la poesía, definitivamente.

Sus andanzas juveniles fueron creciendo y los jugos literarios saboreados, como el buen vino, fueron macerándose para serle vital. Muy joven se enroló en la poesía.

Sus amigos fueron poetas y lo son aún. Muchos llevaron el ejercicio de la profesión, paralelo al arte de escribir, como es el caso de Marco Antonio Corcuera Díaz, Eduardo González Viaña, Carlos Prado Muñoz, Melanio Delgado Siccha, etc. Víctor Julio creyó haber escapado al designio de ser poeta como aquéllos pero no lo pudo lograr. Luchó por hacerlo volcando sus conocimientos en escribir libros sobre Derecho, Sociología, Educación o combinando ambos publicó el año 1970 el interesante libro “El Derecho a la Educación” que habla sobre los rumbos y perspectivas de la Educación en el Perú.

Ortecho Villena es un acucioso ensayista como lo demuestra en su prolijo libro “Cuba, Batalla a favor de la Historia” (1962) que se agotó en ventas. O también escribiendo ensayos sobre el Imperio Incaico, haciendo algunos sobre Educación o hablando sobre Rusia y sus fronteras.

Pero, dijimos, dentro de él llevaba el signo literario que determinó cobijarse, siendo estudiante universitario, bajo la sombra del prestigioso grupo literario “Peña del Mar” y sin pertenecer a él tomó partido junto a los integrantes de este grupo defendiendo sin cuartel la poesía de César Vallejo; y, sin que lo sienta fue el de siempre: Poeta. El año 1998 nos brindó su poemario “Surcos Vitales” que haciendo nombre a su título, podemos señalar que estos son surcos que fueron sembrados con semillas literarias que afloraron con recio tallo a través del libro anotado. Todos los poemas insertos en aquél, son, sin duda alguna: Vitales. Fueron escritos desde 1955 y salieron a luz 43 años después. En él hay poemas para los amigos, los pueblos, la niñez, la naturaleza, hay uno titulado “Canto a la Libertad” dedicado a Alejandro Romualdo Valle donde Ortecho le devuelve con serena gratitud lo que Romualdo dio al Perú a través de su “Canto Coral a Túpac Amaru”, pero, deleitémonos con el poema “El dolor del Viento” (Pág. 101) en el que notaremos la fibra poética de este prestigioso profesor Universitario y Tratadista de Derecho que ha publicado muchas obras sobre aspectos jurídicos a los que domina con genuina magnitud:

El viento que sopla en las praderas /no es menos doliente que el /de los riscos interandino /de mi patria./El dolor del viento que recorre los caminos /antes que llore la lluvia, /es más rugiente que el de los árboles /en las tardes de otoño.// El viento es el alma de los caminos /como de las punas es el aire infinito.//¿Qué hacer para quitarle su tristeza?. /¿Para que la del caminante /no sea como el dolor del viento?//¿Qué hacer con el viento, el dolor /y el caminante? //Tal vez robarle sus suspiros /y trocarlos en esperanzas.

Este poema que acabamos de leer tiene mucho que ver con un pequeño relato titulado “Los árboles también mueren de pie” del mismo autor en las págs. 125-26 del mismo libro cuando al final nos dice: “...De lo que sucede en nuestro último minuto, en otros lares, no avisa el viento y tal vez desde mañana, la noche nos prestará su mortaja, mientras el sol no alumbre al día siguiente. Los árboles morimos de pie y no corremos”.

Su otro poemario “Tiempos de esperanza” tiene la misma fuerza que “Surcos Vitales” pues en él, Victor Julio Ortecho, golpea la mesa del futuro e incita al hombre a ser vencedor y no ser presa fácil de las adversas circunstancias.

Actualmente nuestro escritor desempeña importantes cargo universitario en una Universidad particular local después de haber deleitando con su sabiduría a múltiples promociones de derecho de la Universidad Nacional de Trujillo.



Antenor Orrego y su Carta a Vallejo

Por: Blasco Bazán Vera

Antenor Orrego Espinoza nació el 22 de mayo de 1892 en la hacienda Montán, Santa Cruz, Cajamarca. Desde joven radicó en Trujillo estudiando en el Seminario San Carlos y San Marcelo y luego en la Universidad de Trujillo.

Periodista innato, Su campo fue la Filosofía y la Política, Pensador innato, Brillante Educador, parlamentario, escritor y Rector de la Universidad de Trujillo.

Su calidad humana permitió rodearse de muchos amigos a quienes deleitó con su presencia y ejemplo. Descubridor de la valía de César Vallejo con quien le unió una entrañable amistad. Teniendo 22 años alcanzó a reunir a una juventud ávida de superación, digamos, juventud que a lo largo de la historia del siglo XX y aún más allá, jugó un papel de gran importancia en la vida pública del Perú. Esta juventud estuvo conformada por Víctor Raúl Haya de la Torre, César Vallejo Mendoza, Garrido Espinoza, Federico Esquerre Cedrón, Alcides Spelucín Vega, Oscar Imaña Sánchez, Macedonio de la Torre Collard, Juan Espejo Asturrizaga, Francisco Sandoval Bustamante, Juan Lora y Olivares, Carlos Cox Rosse, Alfonso Sánchez Arteaga, Eloy Espinoza Cárdenas, Jorge Castañeda Peralta, Leoncio Muñoz Rázuri, Julio Esquerre (Esquerrilof), Ciro Alegría Bazán, Manuel Vásquez Díaz, Néstor Alegría, Crisólogo Quezada Campos, Carlos Espejo Asturrizaga, José Agustín Haya de la Torre, Manuel Francisco Espinoza y Juana Manuel Sotero, quienes dieron lugar al nacimiento del histórico “Grupo Trujillo” o “Norte” “Grupo Bohemia” o finalmente conocido como “Grupo Norte”, allá por el año 1914.

Orrego es considerado como una de las más brillantes mentalidades de América Latina.

De pensamientos esclarecedores y su compañía personal siempre fue grata a cuantos se acercaron a él. Hizo de la vida su filosofía. Sus escritos están cargados de profundos mensajes. Sufrió la avalancha del odio de muchos que no comprendieron la inmensa bondad de su corazón. Basta leer sus escritos para darnos cuenta del tamaño de grandeza y sensibilidad que encerró este hombre. Su vida es una novela que muy bien podría disgregarse en sentidos capítulos como: Amigo, pensador y hombre, aunque el primero, como amigo, encierra todos los capítulos y mucho más pues su ternura y aplomo fueron inconmensurables.

Su amistad con César vallejo demostró hasta que extremos puede llegar la sinceridad de un hombre cuando entrega su Yo personal. Ambos, nacidos en el mismo año, no se buscaron. Se encontraron y se fundieron en una amistad que va más allá de la muerte y, para confirmar esto, basta leer aquella impresionante carta de fecha 6 de julio de 1926 donde Orrego, desde Lima, le dirige a Vallejo que se hallaba en París. En ella podremos fundirnos en un solo estruendo de emoción. Orrego: El ínclito, el periodista, el consejero y descubridor, el amigo bonachón; nos estremece con su epístola haciéndonos comprender en estilo y forma que las almas puras nacen predestinadas para ser luz.

En aquella carta es fácil deducir la inmensa virtuosidad de Orrego que lo llevaron a erigirse como El Maestro de la Juventud, El Pensador de América. Los que lo comprendieron sellaron con él la amistad franca, los otros, trataron de derribarlo hasta empobrecerlo económicamente y lo fustigaron tanto que nuestro pensador decidió radicar en otro país … “He aguardado mucho tiempo estar en mejores condiciones económicas. No me ha sido posible, Tenía la ilusión de llevar una regular cantidad de dinero para establecernos, tú, Julio y Yo, cómodamente en Europa. Todos mis cálculos me han fallado y no tengo paciencia para esperar más …”, le escribe Orrego a Vallejo. Es que Orrego era la piedra de tope o el pozo edificante donde muchos recurrían para absorber esperanzas genuinas. Estos pocos renglones de la misiva aludida nos presentan al hombre de carne y hueso con derecho a sufrir y buscar consuelo en el amigo lejano encontrando en él lo que él generosamente prodigaba a otros. Y sigue escribiéndole: -“…tú no tienes idea cómo se me ha hecho hostil todo lo que me rodea. Todas las pequeñas cosas de la tierra se me han vaciado encima y estoy sitiado como una fiera. Tengo que salir a reventar. No cabe vacilación en la alternativa. Sé a demás que en cualquier otra parte por más desgraciado y margo que estuviera, nunca lo será tanto como ahora. En estas condiciones voy a salir de Trujillo y del Perú, es decir, desheredado…”.

El férreo Orrego se descubre ante el cálido amigo y se desnuda intrépidamente mostrándole sus heridas con la esperanza sean comprendidas y sanadas con el bálsamo de la amistad. Orrego, el depositario de las inquietudes de los pobres macheteros de las azucareras del Valle Chicama está siendo vencido y, cual fiera acorralada, ruge; buscando retroceder para con el mismo ímpetu avanzar hacia la puerta de la libertad. Sigamos y comprendamos que en ella, nuestro filósofo, hace de la vida una Filosofía y convierte el desliz de otros, en triunfo para seguir escribiendo: “ …hace muchos meses que no escribo carta de Julio (Julio Gálvez Orrego, sobrino de Antenor), tengo sobre su vida vaga sospecha que me son muy dolorosas. Condúcelo y dirígelo, César no sabe cuánto he de agradecértelo. Impón tu autoridad amorosa de hermano mayor. La vida, según creo, no se ha hecho para el placer hedonístico sino para sufrirla gozándola en toda su sagrada tragedia de amor y de conocimiento, el dolor es el camino de comprensión y de revelación o sino no tendría sentido. Sólo así se llega a cierta serenidad interior. Sin embargo, cuántos dolores hay cobardes y estériles, dolores que hacen negativa una vida. Estos dolores que han perdido su santidad humana son engendrados en aquellas almas que han planteado como objetivo supremo de su vida la felicidad hedonística”.

En otro párrafo le dice: “ …la inteligencia no creo que se a otra cosa sino la justa aplicación de cada ser a sus fines. El animal jamás los traiciona porque es un vehículo pasivo a un designio interior. Pero el hombre tiene la libertad que hace su tragedia y que también su esclavitud. Por su libertad puede extraviarse y se extravía a veces. Entonces hace su vida inútil y hace estéril su inteligencia”. Mas luego le afirma: “ …somos pues la divinidad. Dios cada uno de nosotros. Un Dios personal, aparte del cosmos y de la vida es absurdo, es necio. Por lo menos yo no puedo imaginármelo sin repugnancia”. Y termina escribiéndole: … sin sentirlo casi he ido alargando esta carta. Perdóname me ha salido algo de lo más hondo de mi ser. Un abrazo de tu hermano. Antenor (firma).

Esta carta, llana y profunda, nos permite comprender la grandiosidad personal de Orrego quien no realizó el viaje ansiado quedándose, persuadido por Alcides Spelucín Vega, en el Perú, para servirlo, sentirlo y sufrirlo como pocos.


Literatura Liberteña

EFRAIN ORBEGOSO RODRIGUEZ

Escribe:Blasco Bazán Vera, blascobv@hotmail.com

Efraín Orbegoso Rodríguez, nació en Otuzco el año de 1926 hijo del poeta Ismael Orbegoso Polo y Elcira Rodríguez. Su campo fue el de la educación. Escribió “Geografía del Dpto. de La Libertad (1987). Fue Ministro de Educación en 1988 destacando su quehacer periodístico en el campo de la Geografía.

Efraín Orbegoso estudió Educación y Geografía en la Universidad de San Marcos donde se doctoró en Letras y Geografía. Como ciudadano siempre tuvo presente a la tierra que lo vio nacer dedicándole en 1949 su hermoso libro “Otuzco, ciudad andina”, En 1996 escribe un suculento libro titulado “Poesia Completa” que abarca 137 poemas divididos en cinco capítulos con sus epígrafes respectivos, escritos entre 1945 y 1996.

En Primer Capítulo lo titula “Mi madre y su comarca azul”. Efraín Orbegoso Rodríguez, habiendo cumplido con el pueblo que lo vio nacer al dedicarle sendos libros de Geografía, aparece el Orbegoso poeta, escudriñador, de la humanidad filial y por ende propulsor de sus sentimientos. Como hijo, se sintió orgulloso del señorío paterno y muy embelesado, tierno y agradecido por la dignidad materna; juntando ambos, señorío y dignidad, apareció el poeta, en toda su dimensión. Su padre, aportó mucho en su formación poética y su madre cinceló el alma del hijo Efraín inculcándole lecturas y cantos que burilaron al útil hombre que más tarde sería un brillante ciudadano.

El Segundo Capítulo lleva el nombre de “Versos de una sola angustia” son 30 poesías escritas entre el año 1945 a 1987 en la que sobresale la titulada “Como perros sin dueños” que refleja el golpe lacerante que da el desconsuelo de sentirnos forasteros y más aún, pasar desapercibidos en el inmenso terruño que nos vio nacer. Efraín escribe:

“Ser forastero en su tierra/Es un morir sin morir,/Es un llorar sin llorar, /Es un sentir sin sentir,/Es un dolor sin dolor./Es ser y no poder ser,/Ni siquiera un leal perro, /Que busca afanoso un dueño,/Para ponerse a ladrar”.

El Tercer Capítulo lleva por nombre “El cancionero del alfabetizador”; donde surge la vena pedagógica y poética de Efraín Orbegoso. Qué difícil es hacer una trama literaria con nuestro alfabeto, pero, que fácil es adornar, para Orbegoso, a cada letra y vestirla de inocencia, de pulcritud y de mensaje. No un mensaje zalamero y carantaño sino: Recio, docente y majestuoso.

El Cuarto Capítulo lleva por nombre “Emociones vegetales”. Aquí nace el geógrafo y poeta. Ambas facciones se dan la mano y en perfecta ecuación se amalgaman en una sinfonía que canta a la naturaleza, y, al hombre. Belleza y Hombre se dan la mano para procrear poemas colmados de admiración que traen conocimientos. Efraín Orbegoso nos deleita en cada una de sus poesías y evoca sus retamas, achupallas, alcanfores, nos endulza con la “cortadera” nos asombra con sus “gigantones”, surgen los maizales, lúcumos, chochos, los shayapes, los extrañados “llonques” que dejaron una profunda soledad en el alma del poeta. Canta al Koyo, los espinos, el llagón, los molles, los alisos, los olivos, las zarzamoras, los capulíes, el sauco, la mostaza, los sorogomes, las tunas y el supuesto árbol, alto, bello y elevado que cuando es sacudido por el viento serrano sus ramas se mueven como saludando a los andes: El Eucalipto. En este capítulo surge lo que bien podríamos llamarle: Efraín, el Geógrafo; Efraín, el poeta.

El Quinto y último Capítulo lo conocemos como “Las canciones de mis nietos” escritas entre los años 1991 a 1993 y que son 22 poesías donde Efraín en un arrebato de franco amor hacia los seres que prolongan su existencia hacen surgir al niño poético que lleva dentro y colma a sus nietos con risueños versos motivados por los juguetes, las infantiles travesuras, cantos y bailes que sus nietos le prodigaron durante su existencia que se apagó en abril del 2006.




Letras Liberteñas
MARÍA NEGRON UGARTE
Escribe: Blasco Bazán Vera

María Negrón Ugarte, nació en Trujillo el 16 de abril de 1878 en el hogar formado por el coronel Manuel Adolfo Negrón de la Fuente y Velarde y doña Rosa Ugarte de Rivadeneira. Fueron sus padrinos bautismales don Jacinto Sotomayor y doña Emilia Albrecht. Cual si fuera poco, María Negrón Ugarte descendía, en calidad de nieta, del coronel Casimiro Negrón de la Fuente y del General de División don José Rivadeneira y Tejada Núñez, próceres de la Independencia; así como sobrina muy cercana del gran escritor, tribuno y periodista Fernando Casós Flores.
El caserío de Mansiche de Trujillo con su diáfana naturaleza, influyó a modelar su niñez y juventud. Fue maestra de escuela, especialmente en Chicilçin donde trabó gran amistad con don Rafael Larco Herrea, dueño de dicha hacienda. Latente es notar que sus versos están cargados de nostalgia y amor sincero. Hay en ellos mucha delicadeza. Quizá el descalabro económico que sufrieron sus padres durante la invasión de los araucanos allá por 1881 como consecuencia de la guerra desatada en 1879, impactaron en ella que a deducir, su infancia, se halló marcada por tan infaustos momentos.
Estas circunstancias motivaron su amor a los niños, a la naturaleza. Despertóse su vocación de maestra y más tarde de escritora, pues con sólo leer sus versos, nos encontramos con una poética cargada de sencillez y de exaltante juventud.
Su poemario titulado “VERSOS DE AYER Y DE HOY”, publicado en España el año 1923, es un solo canto de unidad a la belleza literaria. En este libros notamos que son varios y diversos los motivos que dan vida a este volúmen. Todos sus poemas están unidos en un solo manojo de sinfonía amorosa. La psicología, el amor, la tristeza, la muerte, la añoranza, quejas, natura, son tratados con intensa belleza que nos descubren la majestuosa tarea de escribir de la Negrón Ugarte. Su poema “Tristeza” de su libro citado, nos induce, paulatinamente, a convertir la amargura en vibrante alegría. Recordemos que ella nació en opulencia económica pero fueron los hechos trágicos de la guerra que sostuvimos con el país del sur la que llevó a su hogar sumergirse, especialmente, ella, en la tristeza y dolor. Veamos el verso:

Aquí entre los perfumes de retama y verbena
perdida en la espesura de tu agreste jardín,
donde quiso el destino tratarme con mi pena
vuelvo a las realidades del tranquilo vivir.

Escribe así... “donde quiso el destino...” porque viajó de Trujillo a Cajamarca a unirse con su familia que allí residía y quedarse para vivir y recordar y finalmente morir en esa bella ciudad. Sigamos disfrutando del poema:

Es dulce la tristeza que satura mi vida
como dulce las mieles de marchitada flor
añoro cosas blancas de una ventana ida
que son para mi alma como rayos de sol.
Yo tengo en mis recuerdos una adorada historia
escritas con las rosas del amor y del placer,
con el ritmo del beso, con destellos de gloria
que tiene del ensueño extrema languidez.
Entre un vapor de lágrimas está la historia mía
alumbró riente aurora el Divino Señor,
y desperté llorando sobre una tumba fría
ante un ramo de azahares, ante un velo nupcial.

Vaya que nos encontramos con una poesía cargada de lirismo. De un lirismo que no abruma sino que nos hace enmudecer pues valen por su tremenda carga emocional que encierran. Esta misma calidad de poesía se da con mucha similitud e intensidad a la que años después escribiera Máximo Lam Ganoza, vate sampedrano en su libro “CENTAURO” allá por el año de 1968.
Ese mismo año y también en España publica su libro de relatos “Historias, Reminiscencias y cuentos” del que el diario “La Crónica” de Lima dice que sus páginas “están llenas de calor, de una rica expresión tan clara, tan valiente, ricas en léxico, que colocan a María Negrón Ugarte a la altura de nuestros más famosos escritores”. Es brillante el cuento “La Rosa Amarilla” dedicada a los niños de Chiclín donde con genuina precisión escribe exactos recuerdos de aquella hacienda que devienen en convertirle en precisa narradora.

En 1928, publica el poemario “De mi hogar florido”, luego el otro poemario titulado “Alma Tristeza”, para luego el año 1031 publica otro poemario “PÁLIDOS LIRIOS PARA MI MADRE” donde aparecen poemas dedicados principalmente a su madre. Allí observemos el titulado “Mis primeros versos a mi madre” cuando dice:

Hoy quisiera volar madre querida,
con mente soñadora de poeta,
donde una aurora sonrosada y quieta,
alumbra el cielo de la inspiración;
para poder cantarte madre mía,
con la fragante brisa rumorosa
“con tu amor que es aroma de una rosa
vive feliz mi amante corazón.”
Quisiera ser el ave arrulladora
que por florida selva atravesando
dulcísimos cantares entonando
al ser entristecido hace gozar,
para robar de las galanas flores
por encanto sus galas peregrinas
y tejiendo guirnaldas diamantinas
tu venerada frente circundar.
Mas sólo tengo este moderno canto,
que cual ofrenda de filial ternura,
acepta de tu hija como pura
inmarchitable, delicada flor;
si crees que es violeta fraganciosa,
que así lo busca en tu pasión materna,
ella te dice que repito tierna:
Es mi vida la madre del amor.

Vaya ternura la de María Negrón Ugarte que muy bien podríamos compararla con la de las trujillanas Julia Pacheco Rebaza o María Tránsito Muga y Reyna, las primeras poetisas liberteñas; a la que años más tarde se le uniría con la misma intensidad de amar, la pacasmayina Nelly Fonseca Recavarren.
María Negrón, jugando con la rima, balbuceando en la métrica, en nada desdicen la claridad con que expresa sus sentimientos hacia sus seres queridos.
María Negrón Ugarte fue maestra de escuela. Muy poco se conoce de ella como sucede con la mayoría de literatos de una región. Sin dudas, el trato familiar, por un lado; el roce con sus alumnos, su innato amor al arte de escribir, sus vivencias y añoranzas más el corazón que se abrió en demasía hacia sus sobrinos, hijos de su hermano Genaro quienes quedaron huérfanos de madre; se encargaron de dar forma a ese espíritu creador de María Negrón Ugarte quien, por otro lado, tuvo que hacer el papel de madre sin tener hijos, no pudiendo escapar al sentimiento de añorarlos. Por eso sus versos van cargados de cierta melancolía.
María Negrón Ugarte, falleció el día sábado 5 de abril de 1935 a la edad de 57 años.


Letras Liberteñas

ENRIQUE MARQUINA CABERO

Escribe: Blasco Bazán Vera www.blascobazan.blogspot.com

Enrique C. Marquina Cabero, nació en Trujillo el año 1860. Llamado el “Poeta Burgués” pues brotó de la más rancia burguesía trujillana para pasar sus últimos años en la ciudad de Lima dentro de la pobreza, la vejez y el abandono. El año 1874 fue distinguido como alumno del colegio San Juan junto a sus condiscípulos Gavino Casiano, Nemecio Salcedo, Máximo Huidobro, Andrés Carranza, Miguel Acosta, Cristian López, Manuel Zurita y Jorge Cuadra, exonerándoseles los derechos de matrícula.

Cultivó la música y sus descendientes también lo hacen tal como el prestigioso músico, compositor y Director de Orquesta Pietro Marquina Cabanillas quien fuera Director del Coro del Ilustre Colegio de Abogados de La Libertad.

Enrique Celinabel Marquina Cabero fue un reflexivo periodista y poeta cuyos versos aparecieron sucesivamente en revistas y diarios del entonces, como en fue periódico literario de Trujillo La Primavera”.

Su vida la pasó como Secretario del Concejo Prov. De Trujillano al que le sirvió 30 años, empleo en cuyo trato diario, le enseñó a conocer diversas personalidades que fueron formándole un concepto de la vida humana. Fue Primer Presidente del Congreso Regional de Norte, y, en calidad de parlamentario logró aprobar la llamada “Ley Marquina” que tanto benefició a la ciudad de Trujillo donde realzamos la instalación del monumento de la Libertad de la actual plaza de armas.

Fue muy amigo de don Jacinto Valderrama, padre del músico Carlos Valderrama Herrera, quien vivía en la calle Alfonso Ugarte de Moche, casa más tarde habitada por la egregia figura del escritor José Eulogio Garrido Espinoza por la que se le conoce como “Casona Garrido”.

Fue Director, en 1887, del diario “El Independiente” de Trujillo, clausurado en 1895 por motivos de índole político. Otras poesías de él, aparecen impresas en el semanario literario La Primavera fundado en 1887 por Celso Santelices Márquez y Raúl Edmundo Haya de Cárdenas,

Marquina visitó con mucha frecuencia y afecto el famoso “Callejón de las Tapias” de Moche que eran tendales o cabañas habitadas por los mocheros. Estas usuales visitas a la que no le faltaba portar su lira que la tocaba maravillosamente, le hizo componer en 1903 su “Romance del Pueblo de Moche” con la música del profesor Artidoro Cruzalegui Lozano, que fue hallado en 1930 en los archivos de la casa parroquial por el cura del lugar José Mallada Gozá y luego difundida por el historiador mochero don Hermógenes Sachún Cedeño. La campiña mochera lo llevo a escribir el poema titulado: LA HORA DEL CREPUSCULO. Que dice: ¡Qué hermosa es la vida agreste!/ ¡Qué tranquilidad! ¡Qué paz/! ¡Qué encantos tan inefables/ Son los del rústico hogar!/ En él, nada de fricciones /En él, nada de falaz /Todo honradez y alegría/ Y noble sinceridad.//El alma allí se dilata/Y si antes no supo amar, /La mujer de la campiña/ Al gran amor la abrirá!

Marquina, encontrándose en la ciudad de Lima, pobre, viejo y abandonado, pulsaba su lira dedicando bellas composiciones a sus amigos que dejó en Trujillo. Entre estas composiciones figura una dedicada a Telmo Zegarra Andrade y otra a la hermana de éste, doña Delia Zegarra Andrade de Demarco que dice así:

¡Cuándo le agradezco/ Los sones de su arpa,/Para lo mismo Delia/ Que no valgo nada!/¡Gracias Señorita!/¡Gracias, gracias!/De los dos, las arpas/A Dios alcanzaremos,/Delia nuestras almas.

Sentida composición que delata el estado anímico de Marquina en sus últimos años, falleciendo en Lima que el 1º de septiembre de 1951.

Letras Liberteñas

JOSÉ VICENTE RÁZURI Y CORTÉS

Escribe: Blasco Bazán Vera

José Vicente Rázuri y Cortez, Nació en Jequetepeque el 22 de enero de 1879 del matrimonio de Manuel Rázuri y Cruzado y María Encarnación Cortez y Fernández. Creció en su ciudad natal luego pasó a radicar en la ciudad de Chepén. Con el tiempo hízose amigo de Adán Felipe Mejía, piurano y literato de gracejo profundo y crítico mordicante, conocido como "El Corregidor".

Cuando José Vicente Rázuri se propuso escribir su cuarto libro que dígase de paso lleva un título "Mi Cuarto Atentado", delata la vena mordaz del vate quien siempre se caracterizó por la tomadura de pelo y muy acertados “alias” y “motes” a cuantos caían en la pupila inquisidora de su agilidad mental. Lo rotuló así como él mismo dijo: “En efecto, era el cuarto crimen literario que me proponía lanzar al público”. ´he hizo que lo prologase su amigo Mejía de quien dice Rázuri, "descargó sobre mi mejilla izquierda el sacramento de la confirmación; escribiendo sobre mí: “...Don “Lata”, escribe Mejía, es ilustre por sus cuatro costados. Nace en 1879, fecha sonora. Loco por ser buen montonero y harto de Jequetepeque, se escapa de su casa en 1895.

Por su rama materna, viene de Hernán Cortez, según revelaciones del ilustre historiador cusqueño Leonidas Rivera, contemporáneo del Inca Gracilazo de la Vega, quien desciende a su vez (es casi cierto) de los Rivera Nicolasos.

Se ignora si del viejo, que era el joven, o de éste, que es el mayor. Leonidas Rivera dio con los cabos de la genealogía. El descendiente y el que iba a descender hasta don “lata”.

Por supuesto, que nada importa, ni a don “Lata”, muchacho que en su colegio de Jequetepeque es palomilla, mataperro, vaquero, el último de la clase y... el más inteligente.

Afirma, Mejía: "... del valle jequetepecano, sus compañeros aprovechaban los adefesios que les contaba el maestro, pero “Don Lata” quien en ese tiempo era “Latita” así, con diminutivo y con cariño, más aprovechaba fuera del colegio en ver todo: vagar por los potreros, cazar pajaritos y poniendo trampas a las lechuzas en el vetusto campanario de la iglesia de su pueblo.

"Bueno, don “Lata” se escapó. Quería correr mundo y las lecciones le aburrían. ¡Las cosas que haría este señor desde que fugó de su casa paterna hasta que apareció en la tierra de Miguel Grau, del alfajor de veinte tapas, las natillas, el chifle, la algarrobina, el pechereque y los bandoleros bien montados! “Don Lata” cayó en Piura sudando y resoplando como todo el de por allí, muy paquete en su funda de drill y una maleta poco plena".

"Casi todo lo que fue de recorrido el siglo que pasó, lo ha recorrió nuestro amado “Don Lata”, sudando el sol de Piura.

"Rázuri en la ciudad de Piura ganó mucho dinero, se metió en todo. Intervino en cuanto asunto pudo intervenir. Hizo el bien a las malas y a las buenas. Dejó escurrir el chorro de su dinero ganado entre sus dedos vigorosos, abiertos. Fue ingenioso y alegre al mismo tiempo. Poderoso, tolerante y amado. No vio sino lo bueno de la vida y las cualidades de las gentes.

"Y por miedo a alcanzar el secreto profundo de las cosas, después de tanto ver las cosas con los ojos del cuerpo. ¡Entonces apareció el hombre de letras! Dudó que exista en la Literatura nuestra un buen humor de tal calibre. Es un criollo completo. Sus relatos son vivos. Sus libros se leen de un tirón. Tiene páginas que no perecerán. Podría clasificársele en nuestra Antología al lado de Don Abelardo Gamarra, si ustedes me lo permiten sólo que este señor es benévolo y dulce en todo instante; y don Abelardo es moralista, algo agresivo y hasta colérico.

"¡Es que don Vicente Rázuri ha escrito después de haber vivido! Sus indagaciones las disparó personalmente, a mitad de la calle. Por algo es popular. Cuando tornara a Piura fue aclamado por el pueblo gozoso. José Vicente Rázuri Cortez ciego como el Divino Homero, canta lo que vieron sus ojos y dicta sus palabras a sus mejores hijos.

"Captador de espiritualidades, incontables sujetos que han penetrado en el olvido, van a durar por mucho tiempo porque tuvieron la fortuna de soltar un chispazo a la vera de Rázuri”. Así termina Adán Felipe Mejía, quien nos brinda la oportunidad de poder catalogar a Rázuri en el sitial que le corresponde.

Rázuri cultivó la narración de anécdotas y su estilo crítico fue un filudo bisturí: Irónico y valiente. Enrique López Albújar, autor de “Matalaché” dijo de don “Lata”: “Cuantos libros ha dejado usted de escribir”; se refería por supuesto, a lo tardío con que don Vicente impregnó sus inquietudes en el campo de las letras.

José Vicente Rázuri Cortez, refiriéndose a su obra “MEMORIAS DE UN SUBPREFECTO”, que fue la que de mayor éxito le trajo, durante un discurso que ofreció en San Pedro de Lloc, afirmó que para ser Subprefecto se necesitaban cuatro cosas:

“Brazo fuerte, mano firme,

dedos ágiles y... uñas largas”

Basta esta pincelada agria y a la vez dulce definición, para sentir la bien amalgamada sátira de Rázuri, matizada de ingenio y talento. A él se le puede considerar como un escritor costumbrista pues anotó las usanzas de los pueblos con una exactitud por demás cabal y certera.

Sus obras se caracterizan por la jocosidad que producen al leerlas. Hay chispa alegre y cáustica sin dejar de ser seductora por la radiografía como captó los acontecimientos de su época que al leerlas arrancan, muchas veces, carcajadas amargas o ruborizadas murmuraciones.

Casado con doña Emilia Seminario. Antes de perder la vista, nunca fue escritor. Ya ciego despertóse en él la inquietud por serlo. En 1919 se inicia como periodista y años más tarde llegó a ser Director del diario piurano “La Voz Del Norte”.

Fue Presidente de “La Unión de Ciego del Perú” y luchó para fundar una escuela taller para invidentes en el Norte de la República con el objetivo de retirar de las calles la larga caravana de ciegos que imploran la caridad pública.

Fundó, ya ciego, el órgano periodístico “La Voz del Ciego”, contando también con la colaboración de sus hijos. Escribió los libros: “MEMORIAS DE UN SUBPREFECTO”, “MI TIERRA”, “EL CLUB GRAU DE PIURA”,“ANECDOTARIO NORTEÑO”, “CHICLAYO Y SU POETA”, “SETIMO MANDAMIENTO”, “JOSÉ ANDRES RAZURI”, “ESTAMPAS PIURANAS”, “OCTAVO MANDAMIENTO”, “MI CUARTO ATENTADO”, “PACASMAYO Y SUS HOMBRES REPRESENTATIVOS”, “UN POETA OLVIDADO”

Casado con Emilia Seminario quien le dio brillantísimos hijos, este ilustre literato liberteño falleció en Lima el 13 de marzo de 1968 a la edad de 90 años. Sus restos fueron trasladados a su ciudad natal a pedido del vate que en vida hizo. Se enterró en su lar querido al que siempre tuvo presente y, ya anciano, lo vio con los ojos del alma porque jamás aceptó que habría otro pueblo, más allá de la vida, más hermoso que el suyo al que amó con la misma inocencia con que ama un niño.